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23 August 2017

La braquiterapia en cáncer de próstata bajo o intermedio alcanza una tasa de control de la enfermedad del 99%

Un ensayo llevado a cabo por el equipo de GenesisCare Alicante y liderado por el doctor Gorka Nagore, oncólogo radioterápico y coordinador Médico de GenesisCare Madrid, Hospital San Francisco de Asís, ha concluido que la braquiterapia en cáncer de próstata bajo o intermedio ofrece “índices excelentes de control local equivalentes a la cirugía con menos efectos secundarios y molestias para el paciente”.
Durante siete años, se han tratado a 140 pacientes con cáncer de próstata localizado con braquiterapia HDR, una técnica que consiste en colocar catéteres vía perineal en la glándula prostática con el fin de poder distribuir una dosis de irradiación de alta energía sobre la glándula prostática, y en caso necesario también sobre las vesículas seminales. El ensayo clínico prospectivo ha demostrado que los pacientes registran una buena tolerancia al tratamiento con toxicidad aguda o crónica aceptable. “El tratamiento ha presentado excelentes resultados en cuanto al control local y bioquímico de la enfermedad”, asegura el doctor Nagore, quien hace hincapié en la buena influencia de esta técnica en el alto índice de calidad de vida del paciente: “El tratamiento es ambulatorio, se realiza en un solo día y hasta la fecha, ofrece tasas de impotencia sexual Grado 1-2 de un 20%”.

La Braquiterapia HDR ha demostrado tener más ventajas en comparación con la Braquiterapia LDR de semillas radioactivas. Provoca menos efectos secundarios en cuanto a síntomas urinarios, menor índice de impotencia sexual y una mayor seguridad de protección radiológica tanto para el personal sanitario como a la familia del paciente. Por su parte, con la Braquiterapia HDR, conocida como “técnica de la semilla inteligente”, podemos distribuir las dosis de irradiación tumoricidas en función de la localización del tumor dentro de la próstata y dosis preventivas sobre el resto de la glándula prostática sana. Por último, es una técnica que también puede ser complementaria a la irradiación externa en tumores de próstata de alto y muy alto riesgo consiguiendo un mayor control local de la enfermedad. En esta última modalidad se han tratado más de 250 pacientes con excelentes resultados

¿Qué es el cáncer de próstata?
El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata, una glándula exclusiva de los varones, que está situada en la pelvis, comienzan a crecer sin control. La próstata contribuye, con su secreción, a la formación de la mayor parte del volumen y de los componentes químicos del líquido seminal o eyaculado por lo que mejora las condiciones para la movilidad, supervivencia y transporte de los espermatozoides, de cara a la fecundación.
Según los últimos estudios de incidencia publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es el segundo tumor más frecuente en España detrás del de colo-recto con más de 33.000 diagnosticados al año. Por su parte, la Sociedad Americana de Cáncer (American Cancer Society) estima que uno de cada siete varones sufrirá este tumor a lo largo de su vida, la mayoría en edad avanzada, ya que alrededor de seis de 10 casos se diagnostican en hombres de 65 años o más, y en pocas ocasiones se presenta antes de los 40 años.
En general, en las fases más tempranas de la enfermedad, el paciente no presenta síntomas, o éstos son mínimos como disminución de la fuerza del chorro miccional, aumento de la frecuencia urinaria, urgencia miccional, hematuria (sangre en la orina) y disfunción sexual. En cuanto al tratamiento de este tumor, este es multidisciplinar y depende del grupo de riesgo en el que se encuentre la enfermedad en el momento del diagnóstico, así como de la edad del paciente y de su estado general. Normalmente se trata de una combinación de cirugía, tratamiento con radiaciones, hormonoterapia y quimioterapia.

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