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24 May 2016

El Servicio Andaluz de Salud cumple 30 años garantizando una atención pública y universal y derechos sanitarios a más de ocho millones de personas

El Servicio Andaluz de Salud ha cumplido treinta años garantizando una atención pública y universal, y los derechos sanitarios a más de ocho millones de personas. Así lo ha expresado el consejero de Salud, Aquilino Alonso, quien con motivo de esta efeméride ha ofrecido en el Pleno del Parlamento información sobre la evolución que ha experimentado durante este periodo la sanidad pública andaluza, a la que ha considerado “uno de los elementos que mejor ha reflejado la dinámica de la sociedad andaluza y el avance desde una situación deficitaria en prestaciones sociales, hasta la actualidad en la que Andalucía ha alcanzado un nivel equiparable al de los países más desarrollados”.
Así, durante su comparecencia, Aquilino Alonso ha señalado los diversos hitos que a su juicio han representado “los puntos de inflexión más significativos del sistema sanitario público” a lo largo de treinta años de historia sanitaria en Andalucía. En este sentido, ha querido expresar respeto, gratitud y reconocimiento a las personas que le han precedido en la responsabilidad de dirigir el sistema de salud de Andalucía. Junto a ello, ha agradecido la labor y esfuerzo de “los miles de profesionales que, en estos treinta años, han impulsado la sanidad en Andalucía, sin cuyo esfuerzo y trabajo no habría sido posible tener la sanidad que hoy disfrutamos”.
El Servicio Andaluz de Salud cumple 30 años garantizando una atención pública y universal y derechos sanitarios a más de ocho millones de personas
Aquilino Alonso se ha mostrado satisfecho de que el sistema cuente con un amplio apoyo y legitimación social como se desprende de la satisfacción global expresada por los usuarios, superior al 90%. 
El consejero ha recordado que durante el periodo predemocrático “los derechos ciudadanos no tenían un mínimo desarrollo e incluso en muchos casos ni se contemplaban”. En este momento, la organización sanitaria andaluza era un sistema basado en el Seguro Obligatorio de Enfermedad para los trabajadores que cotizaban y sus familias, las mutuas y aseguradoras para funcionarios, y un sistema de beneficencia para las personas sin asegurar y sin medios económicos, gestionados por ayuntamientos y diputaciones.
Junto a ello, las actividades de promoción y prevención de la salud eran muy limitadas y la medicina privada tenía un papel importante, de modo que la asistencia era fundamentalmente curativa.
En esta línea, Aquilino Alonso ha recordado que la atención primaria tampoco existía “tal y como la conocemos hoy”. Ésta equivalía a una asistencia muy básica que se prestaba en ambulatorios y consultorios de la Seguridad Social, con consultas médicas de dos horas y media al día. Las prestaciones de enfermería y los medios diagnósticos eran aún más limitadas.
Asimismo, ha resaltado la ausencia de profesionales formados específicamente para la atención primaria del primer periodo con la figura de médicos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria y enfermeras con las que se cuenta en el presente. También ha resaltado que la atención hospitalaria estaba atomizada entre diversos organismos (seguridad social, AISNA, ISM, Universidades, Ayuntamientos y Diputaciones) y no existía una red hospitalaria pública estructurada, como ahora.
“En aquella época no existía una planificación conjunta, lo que implicaba en muchas ocasiones, servicios duplicados y pequeños, que impedían o dificultaban contar con servicios de alta calidad científico técnica, y ocasionaba que para las patologías complejas o el acceso a alta tecnología hubiera que desplazarse a los grandes hospitales de la comunidad autónoma o del resto país”, ha concretado el consejero.
Según el titular de Salud, uno de los elementos que mejor refleja el estado de la sanidad andaluza en esos momentos de los inicios era la atención a la salud mental, la cual se caracterizaba por una ausencia total de dispositivos comunitarios, con centros de atención psiquiátrica (manicomios) en los que los pacientes permanecían ingresados gran parte de su vida, desde que eran diagnosticados o sin diagnóstico claro, con una media de duración de internamiento de 13 años. La atención ambulatoria se limitaba a 69 consultas de neuropsiquiatras.
Aquilino Alonso se ha referido a “la apuesta del gobierno de España y de la comunidad autónoma de ese momento como determinante para dotar al país de un Sistema Nacional de Salud, que implicaba aseguramiento universal, con financiación pública, equitativo en la distribución de los recursos y que integrase y desarrollase políticas de promoción y prevención de la salud”. Todos estos objetivos se plasmaron en la Ley General de Sanidad aprobada en 1986.
Asimismo, el consejero ha resaltado la contribución del proceso de transferencias de competencias sanitarias a la comunidad autónoma andaluza en 1984 a la consolidación y desarrollo del Estatuto de Autonomía en 1981. Además, este proceso puso las bases para la creación del Servicio Andaluz de Salud (SAS) según la Ley 8/1986, de 6 de mayo.
Nacimiento del Servicio Andaluz de Salud
Así, el nacimiento del Servicio Andaluz de Salud en 1986 supuso “un antes y un después, pues fue la cristalización del primer servicio regional de salud del Estado en el que se integraban múltiples redes y competencias administrativas hasta entonces dispersas en una diversidad de organismos e instituciones”.
El Servicio Andaluz de Salud cumple 30 años garantizando una atención pública y universal y derechos sanitarios a más de ocho millones de personas

Desde 1984, comienza la etapa de organización y estructuración del Sistema Sanitario Público de Andalucía, marcado por la reforma de la atención primaria, con algunos hitos, como el establecimiento del mapa sanitario de la atención primaria en 351 zonas básicas de Salud agrupadas en 69 distritos sanitarios; el desarrollo de la red de centros de salud con más de 1.500 centros repartidos por toda la geografía andaluza, frente a los 285 centros de Atención Primaria de mediados de los ochenta; la creación de los distritos como nueva estructura para la dirección y gestión de los servicios de atención primaria; así como el aumento de plantillas con la incorporación de un gran número de profesionales procedentes de diversas instituciones y con nuevos perfiles profesionales, como epidemiólogos, veterinarios, farmacéuticos, técnicos de educación para la salud y sanidad ambiental, entre otros.
Hay que destacar que la plantilla del SAS ha experimentado un crecimiento continuado a lo largo de sus 30 años de historia. Los profesionales de la sanidad pública andaluza se han duplicado, pasando de poco más de 50.000 a más de 95.000 a día de hoy. Esto ha convertido al sistema sanitario público andaluz en “la mayor empresa de Andalucía, generadora de empleo estable, que no se deslocaliza y que es, por tanto, un factor dinamizador de la economía andaluza de primer orden”, en palabras del responsable sanitario.
Prevención y promoción de la salud
Durante este tiempo también destaca la puesta en marcha de actividades de promoción de salud y prevención de las enfermedades, de programas de rehabilitación, el programa materno infantil, con el control de embarazo y de atención al niño sano en los centros (se crearon 1.000 puntos de vacunación infantil), así como la configuración de una extensa red de centros de orientación familiar.
Al hilo de ello, se crean planes de promoción y prevención frente a los problemas de salud más frecuentes: cardiopatías,  cáncer, diabetes, sida, accidentabilidad, obesidad infantil, tabaquismo, Alzheimer,  salud mental, entre otros.
En paralelo, se desarrolla una extensa red de recursos hospitalarios, que se completa con la construcción de hospitales comarcales y de hospitales de alta resolución hasta alcanzar un total de 47 hospitales públicos, así como con la integración de los centros periféricos de especialidades en los propios hospitales. Todo ello ha supuesto “un cambio radical en la accesibilidad de los ciudadanos a los servicios de atención especializada, sobre todo en las zonas rurales y alejadas de los grandes núcleos de población”, ha resaltado el consejero.  
El Servicio Andaluz de Salud cumple 30 años garantizando una atención pública y universal y derechos sanitarios a más de ocho millones de personas
Además, en estas tres décadas se han incorporado medios diagnósticos de última generación, y se han extendido pruebas analíticas y programas de rehabilitación.
En cuanto la atención a la salud mental, también se ha producido una transformación de los servicios asistenciales, gracias a una concepción donde los profesionales se organizan en equipos de salud mental comunitarios, con unidades específicas y hospitales de día, que trabajan desde una perspectiva integradora, basada en la inserción social y laboral, y en la superación del estigma y del rechazo que producen este tipo de enfermedades. En la actualidad, existen 78 unidades de salud mental comunitaria; 14 unidades de salud mental infanto-juvenil; 9 unidades de rehabilitación; 16 hospitales de día y 15 comunidades terapéuticas además de 2.000 plazas en hogares de FAISEM.
Aquilino Alonso también se ha detenido en la evolución del modelo de gestión, en el que ha resaltado que la mejora ha venido del concepto de Unidad de Gestión Clínica así como del Plan Estratégico del Servicio Andaluz de Salud, que se puso en marcha en 1997 con el objetivo de fomentar la implicación de los profesionales sanitarios en la gestión de los centros, reforzar la continuidad asistencial entre los distintos niveles de atención, mejorar la organización del trabajo y elevar la satisfacción de los pacientes. Actualmente existen en Andalucía 939 unidades de gestión clínica, 415 de atención primaria, 290 de atención hospitalaria y 234 interniveles o intercentros.
Trasplantes
El consejero ha destacado especialmente los trasplantes – en los que actualmente Andalucía es referente a nivel nacional e internacional – que “han pasado a ser una actividad cotidiana en los hospitales andaluces”, así como la hemodiálisis, las pruebas diagnósticas realizadas con alta tecnología, o las intervenciones quirúrgicas de alta complejidad, servicios y técnicas para los que la comunidad andaluza es actualmente receptora de pacientes de otras comunidades.
Hay que destacar que, a lo largo de treinta años, el número de trasplantes de órganos y tejidos se ha multiplicado por 5 y se han alcanzado hitos como el segundo trasplante facial a nivel nacional y noveno del mundo; el primer trasplante triple de hígado, riñón y páncreas de Europa; el primer trasplante combinado de hígado y pulmón infantil de España; el primer trasplante hepático mediante la técnica de split “in situ” que permite que de un donante se beneficien dos receptores (un adulto y un niño); el primer trasplante hepático de donante vivo de una abuela para su nieto; o el más reciente, el trasplante hepático a una bebé con extracción de órgano del donante vivo con cirugía laparoscópica).
Durante su comparecencia, el consejero de Salud también ha aludido a la creación de la red andaluza de emergencias sanitarias (EPES) en 1994 en coordinación con el Servicio Andaluz de Salud, y que supuso el desarrollo de conjunto específico de dispositivos asistenciales y de comunicación (061) para la atención inmediata a la población. Actualmente, suman 8 centros de coordinación de emergencias sanitarias, 36 UVIs móviles, 5 helicópteros y 61 helisuperficies.
Derechos y normativa
La Ley de Salud de Andalucía (Ley 2/1998, de 15 de junio) ha sido una “apuesta decidida del Gobierno andaluz por construir una organización sanitaria que combine el derecho universal y gratuito a una sanidad pública con criterios de atención individualizada a la ciudadanía” ha resaltado el consejero.
En este sentido, Andalucía ha venido desarrollando durante estos años un conjunto de normativas y derechos en materia sanitaria, que sitúa al sistema sanitario público como el más garantista. De hecho, tras la creación de una completa estructura de recursos, y una vez que los derechos fundamentales estuvieron garantizados, se produjo el reconocimiento de nuevos derechos, denominados de segunda y tercera generación, como el de la libre elección de especialista y hospital para toda la red asistencial en 1997 y de médico de familia y pediatra en 1999.
Junto a ellos, se garantizaron los tiempos máximos de demora quirúrgica y para consultas externas y pruebas diagnósticas, la segunda opinión médica, la atención bucodental infantil gratuita o el examen de salud para mayores de 65 años.
En esta línea, el consejero ha resaltado que Andalucía fue la primera comunidad en España y en el contexto europeo “en imponerse unos tiempos máximos de respuesta quirúrgica, de tal manera que el gran problema de las listas de espera de los años 80 ha dado paso a una realidad ordenada en la cual ningún paciente tiene que esperar más de 180 días para una intervención, en los casos más comunes.  Además, el tiempo se reduce a 120 días y próximamente a 90 días para las cirugías cardiacas”.
De esta forma, se ha ampliado el catálogo de derechos, con los denominados “derechos de tercera generación” que otorgan nuevas garantías, en un escenario de atención mucho más personalizado. Entre ellos está el derecho a realizar el testamento vital, a la muerte digna, a recibir consejo genético o a los cuidados paliativos en la edad pediátrica.
Andalucía fue la primera comunidad en crear un registro público de las voluntades vitales anticipadas, seguro y  accesible a todos los profesionales en cualquier momento. Asimismo, fue también la primera comunidad autónoma en incorporar en 2005 el Diagnóstico Genético Preimplantatorio a la cartera de servicios del sistema sanitario, con lo que ayudó a concebir por primera vez un bebé libre de la enfermedad genética que portan sus padres, y además compatible con su hermano, gravemente enfermo, al que pudo curar con un trasplante de células madre de su cordón umbilical. Desde entonces han sido más de 50 los niños y niñas que han nacido en Andalucía libres de enfermedades genéticas hereditarias.
Otro hito en este ámbito se produce en 2010 cuando Andalucía vuelve a apostar por garantizar más derechos a sus ciudadanos y publica la Ley de Derechos y Garantías de las Personas ante el Proceso de la Muerte. La llamada “Ley de muerte digna” fue la primera norma en Europa en abordar integralmente el momento de la muerte y un elemento clave para el impulso e implantación de la red de cuidados paliativos, la atención al dolor y la sedación paliativa de que hoy dispone Andalucía, que es la más extensa y completa del país en cantidad y en calidad de los recursos disponibles.
Investigación biomédica
Asimismo, este período ha estado marcado por el gran avance experimentado en el campo de la investigación biomédica. En la década de los noventa, en el SAS se crearon las primeras fundaciones gestoras de la investigación, con el objetivo de promover iniciativas en el campo del conocimiento y la investigación biomédica.
En el año 2000, la puesta en marcha del I Plan de Calidad de la Consejería de Salud y del Plan Estratégico de Investigación, Desarrollo e Innovación en Salud supuso el inicio de un nuevo camino en el sistema sanitario público de Andalucía en materia de investigación.
Así, Andalucía fue la primera comunidad autónoma en regular por ley, en el año 2003, la investigación con preembriones humanos no viables para la fecundación in vitro. Junto a este avance normativo, se crea el primer centro de investigación de España con este objetivo (CABIMER), y el primer Banco de Líneas Celulares Embrionarias para Investigación en Granada que han convertido a Andalucía en un polo de atracción del talento investigador nacional e internacional.
Además, la comunidad andaluza ha potenciado la investigación en todas las áreas. Desde la primera convocatoria de ayudas a la investigación biomédica (1989), se han concedido 2.909 ayudas competitivas. En 2015, el total del gasto en investigación e innovación del sistema de salud fue cercano a los 75 millones de euros.
Asimismo, la producción científica andaluza ha aumentado su reconocimiento internacional pasando de 773 puntos de factor de impacto en 1995 a 13.742 en 2015, lo que convierte al Servicio Andaluz de Salud en una de las instituciones referentes a nivel internacional.
En 2006 Andalucía solicitó la primera patente y comenzó a proteger la propiedad de las invenciones de sus profesionales. Desde entonces, ya se han solicitado 739, de modo que el sistema sanitario público de Andalucía ocupa la primera posición en España en número de patentes en el ámbito sanitario, la segunda entre las administraciones públicas, y la quinta incluyendo al sector público y al privado de cualquier área.
Innovación tecnológica
En cuanto al ámbito de la innovación tecnológica, Aquilino Alonso se ha referido al sistema de receta electrónica de Andalucía, Receta XXI, cuya implantación comenzó en 2004, “y que ha sido pionero a nivel nacional y referente en Europa, motivo por el que ha liderado el proyecto de interoperabilidad de receta electrónica en el espacio comunitario”. El nivel de implantación de Receta XXI en Andalucía, tanto en atención primaria como hospitalaria, alcanza ya al 100% de la población, con un grado de utilización del 97,5% sobre el total de recetas prescritas.
En la misma línea, Andalucía cuenta con un sistema avanzado de información de salud en línea, Diraya, implantado en el año 2000, y citado como referencia por la Agencia Europea de Seguridad en Redes e Información. La historia clínica digital integra toda la información de salud de cada usuario de la sanidad pública andaluza y está disponible en todo momento para todos los profesionales, independientemente del lugar en el que se le preste asistencia al paciente. En 2015 también destaca la implantación del sistema de almacenamiento digital, transmisión y descarga de imágenes radiológicas que permite a todos los centros del SAS recibir y mostrar las imágenes radiológicas.
En esta misma línea de atención al ciudadano, y facilitar la accesibilidad al sistema sanitario público, el servicio Salud Responde, desde su creación hace más de una década, ha gestionado más de 132 millones de cita previas con atención primaria. Además, ofrece la posibilidad de consultar, anular o cambiar las citas con el médico especialista y las pruebas diagnósticas. Recientemente, se han incorporado dos nuevos servicios, que son pedir cita con la enfermera de atención primaria y para analíticas de sangre. Desde 2013, la aplicación móvil de Salud Responde, que ya tiene un millón de usuarios, acerca aún más estas prestaciones al ciudadano.
El consejero también ha resaltado el esfuerzo innovador del Servicio Andaluz de Salud en el Sistema Integral de Gestión Ambiental que, desde 2005, está operativo en todos los centros del SAS y  que “sitúa a Andalucía a la vanguardia de la gestión ambiental en centros sanitarios de Europa”.
Así, todos estos elementos son “los que han configurado un nuevo modelo sanitario que, basado en la atención integral a los problemas de salud de los ciudadanos, se ha desarrollado hasta convertirse en un sistema sanitario consolidado, garante de derechos y apoyado sobre los pilares de la calidad asistencial y la innovación”, ha apostillado Aquilino Alonso.
Líneas y retos de futuro
En cuanto a los retos de futuro, el consejero ha especificado que “aún quedan retos y márgenes de mejora en los que hay que trabajar para continuar dando respuesta a los problemas de salud de los ciudadanos”.  En este sentido, ha resaltado que se va a continuar trabajando en la protección y garantía de los derechos, fortaleciendo el conjunto de prestaciones, recursos y servicios del sistema sanitario público de Andalucía.
Asimismo, se ha referido a la aprobación de la Ley de Garantías y Sostenibilidad del sistema sanitario público de Andalucía, una norma pionera que blindará la sanidad pública andaluza frente a intereses especuladores o privatizadores, para garantizar su perdurabilidad. También se seguirá garantizando que la falta de medios económicos no sea obstáculo para que las personas accedan al tratamiento que necesita.
El consejero ha establecido además que se seguirá fomentando la designación de unidades de referencia, actualmente 28, por el Ministerio de Sanidad. Asimismo, se continuará desarrollando el Programa de Trasplantes en Andalucía, se seguirá avanzando en calidad, eficiencia y sostenibilidad, y apostando por la innovación con medidas como la selección de medicamentos, la utilización de alternativas terapéuticas equivalentes o la evaluación de tecnologías. Aquilino Alonso ha recordado que se evitará cualquier tipo de copago en el ámbito de las competencias sanitarias.
En el ámbito de las infraestructuras, el titular ha resaltado que se pondrán en marcha las que están previstas, en función de las necesidades de la población. Asimismo, ha reiterado que se continuará con el esfuerzo para recuperar los derechos de los más de 90.000 profesionales “de gran cualificación y vocación, que hacen posible el funcionamiento del sistema sanitario público de Andalucía”.
Por otra parte, se seguirá impulsando la investigación e innovación en salud, para progresar en salud, equidad y en riqueza; en paralelo, se trabajará en los nuevos retos de salud que se presentan, como la atención a la cronicidad; y se procederá a reorientar la Atención Primaria para poner en valor su papel como eje vertebrador del sistema.
El consejero ha puesto en valor que todos los procesos se harán con la participación activa de la ciudadanía, que contribuye a la consolidación del modelo con un uso responsable de los servicios.
Asimismo, se avanzará en la información publicada sobre listas de espera, satisfacción o resultados en salud; así como en la mejora del acceso a los datos propios en la historia clínica digital.
Por último, el máximo responsable de la sanidad pública andaluza ha valorado la tendencia positiva de los indicadores de salud de la población andaluza en las últimas dos décadas, con un descenso de la mortalidad general y un aumento general de la esperanza de vida, lo que coloca a Andalucía en una situación similar a los países del entorno europeo.
Aquilino Alonso ha cerrado su intervención ensalzando “una trayectoria de tres décadas, basadas en el trabajo cooperativo, en las alianzas con la ciudadanía, que contribuyen a la sostenibilidad del sistema y a garantizar una sanidad pública, universal y gratuita”.
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