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12 June 2015

Los niños de entre 9 y 12 años son el único grupo de edad que cumple las recomendaciones europeas de ingesta total de energía diaria

Los niños y niñas con edades comprendidas entre 9 y 12 años y con un grado moderado de actividad física son el único grupo de edad cuyos niveles de ingesta total de energía se adecúan a las últimas recomendaciones de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). En el caso de los adolescentes, estas recomendaciones sólo se cubren en aproximadamente un 80%, tal y como indica el estudio científico ANIBES, realizado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) en colaboración con un comité científico de expertos.

Éstas son algunas de las conclusiones que se han destacado en el simposio 'Balance energético en niños y adolescentes. Resultados y conclusiones del estudio científico ANIBES', que ha tenido lugar en el marco del 63º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) que se celebra hasta el próximo sábado 13 de junio en Bilbao. Este simposio está moderado por la Prof. Dra. Isabel Polanco, del Hospital Universitario Infantil La Paz de Madrid, y Catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid.

Según los datos del estudio científico ANIBES, la ingesta total de energía de la población infantil de 9 a 12 años es de 1.960 calorías (kcal) al día, con cifras significativamente superiores en los niños (cuya ingesta media es de 2.006 calorías [kcal] al día) que en niñas (con una ingesta de 1.893 calorías [kcal] diarias).

Tal y como plantea el Prof. Dr. Gregorio Varela-Moreiras, presidente de la FEN y Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo de Madrid e investigador principal de este estudio científico, "como se concluye en el estudio científico ANIBES, en el caso de la población adolescente con edades comprendidas entre 13 y 17 años, su consumo medio de energía es de 2.018 calorías (kcal) diarias, es significativamente más elevado en hombres (2.124 calorías [kcal] al día) que en las mujeres (1.823 calorías [kcal] al día) al igual que pasa en el grupo de adolecentes”.

En esta investigación, con una muestra representativa de toda la población española de 2.009 individuos de entre 9 y 75 años, han participado 213 niños y niñas con edades entre 9 y 12 años y 211 chicos y chicas del grupo de edad comprendido entre 13 y 17 años.

Perfil calórico desequilibrado
"Los datos del estudio científico ANIBES nos indican que los niños y adolescentes consumen más proteínas que las recomendadas (16% de la ingesta total entre los más pequeños y 16,2% en adolescentes), al igual que grasas (38,9% en niños y 38,1% en adolescentes), pero su consumo de hidratos de carbono es inferior a las recomendaciones (43,8% en niños y 44,4% en adolescentes)", subraya el Prof. Dr. Varela-Moreiras. "Estos datos muestran un perfil calórico desequilibrado".

Los cereales es el grupo de alimentos que mayor energía aporta al grupo de población de niños y al de adolescentes (30,4% en niños y 31,1% en adolescentes), seguidos de carnes y derivados (15,3% en niños y 16,2% en adolescentes) y aceites y grasas (10,4% en niños y 9,8% en adolescentes).

Aplicar el concepto de Balance Energético a nuestra vida
El estudio científico ANIBES es la primera investigación en España que evalúa tanto la ingesta como el gasto energético, los hábitos alimentarios, datos antropométricos y patrones de actividad física de la población de nuestro país, tanto de manera general como estratificada por edades.

"Conocer el concepto de balance energético, es decir, saber que debemos ingerir la misma cantidad de energía que la que gastamos, y aplicarlo a nuestras vidas es quizá el factor más importante para mantener una buena salud y tratar de prevenir la obesidad", apunta el Prof. Dr. Varela-Moreiras. "Pero aunque la teoría es fácil, no es tan sencillo llevarla a la práctica, ya que desconocemos en gran medida nuestra alimentación, que cada día es más compleja, lo que dificulta el equilibrio de esta parte de la balanza. En lo que se refiere al gasto energético a través de la actividad física, la información es escasa y no existe una cuantificación adecuada del mismo".

 "Cada vez son más las evidencias científicas que demuestran que los factores de riesgo de enfermedades crónicas se establecen durante la infancia y la adolescencia", según explica la Prof. Dra. Marcela González-Gross, Catedrática de
Nutrición Deportiva y Fisiología del Ejercicio de la Universidad Politécnica de Madrid. "La adopción de un estilo de vida saludable es deseable desde edades tempranas y es aquí donde el pediatra juega un papel primordial para incentivar la práctica deportiva desde la infancia".

Tal y como continúa explicando la Prof. Dra. González-Gross, "existe consenso científico que indica que los niños y adolescentes deben practicar al menos una hora de actividad física de moderada a vigorosa al día, es decir, la práctica de algún deporte o actividad de intensidad similar, como saltar, correr, patinar o montar en bici, al menos 5 días a la semana o preferentemente todos los días. Asimismo, las actividades sedentarias no educativas no deben exceder las 2 horas al día".

Por su parte, el Prof. Dr. Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), indica que "la obesidad en la infancia y adolescencia se sitúa todavía en tasas muy elevadas. Además, en estos grupos de población se han podido asociar algunas conductas específicas relacionadas con el balance energético, con la prevalencia de sobrepeso y la obesidad y también se ha comprobado que la prevalencia es más elevada en familias de menor nivel educativo y socioeconómico".

En este sentido, comenta el Prof. Dr. Aranceta, "son varios los factores que influyen en cuándo, dónde o con qué frecuencia se elige un alimento o una bebida para su consumo y configurar así un patrón de ingesta. También existen factores que inciden directamente sobre cómo o con qué intensidad se realiza una actividad física, o cuánto tiempo se permanece haciendo actividades sedentarias. Todo este complejo abanico configura un sistema de balance energético entre calorías ingresadas y consumidas que debería tender a estar compensado a nivel individual para conseguir un modelo ponderal más adecuado".

Ficha técnica del estudio ANIBES

Diseño: Muestra representativa de la población residente en España (excluyendo Ceuta y Melilla)
Muestra: Individuos de entre 9 y 75 años que vivan en municipios de más de 2.000 habitantes
Universo: 37 millones de habitantes
Muestra final: 2.009 individuos (2,23% error y 95% de margen de confianza)
Muestra aleatoria más refuerzo: 2.285 participantes*

*Para los grupos más jóvenes (9-12 y 13-17) se consideró un refuerzo en el tamaño de la muestra con el fin de tener una correcta representación


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