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18 December 2014

• Los especialistas en dietética y nutrición de Quirón Campo de Gibraltar ofrecen unos prácticos consejos para evitar sorpresas tras las fiestas

Ya están aquí las fiestas navideñas y, con ellas, las comidas con amigos, compañeros y, cómo no, la familia. Aunque no existen los milagros, si se cumplen una sencillas pautas podremos conservar una buena salud y mantener a raya nuestro peso.
Siguiendo los consejos del doctor Daniel Cabo, endocrino de la Unidad Integral de Obesidad de  Quirón Campo de Gibraltar, “es preciso subrayar la necesidad de conservar un estilo de vida saludable durante todo el año, aunque sepamos que lo modificaremos puntualmente en estos días, en los que se suelen comer alimentos propios de estas fechas y a los que resulta muy difícil resistirse. Una dieta  equilibrada pasa por un consumo de alimentos lo más variado posible, pero eso sí, en su justa medida”.
El menú para los pacientes que tengan que pasar la Nochebuena hospitalizados en el centro de Los Barrios consistirá en sopa de picadillo, ensalada de langostinos con salmón ahumado, pechuga de pavo rellena de pasas y almendras con guarnición de patatas y cebollas caramelizadas y de postre pudding casero de manzana con salsa de fresas y frambuesas y surtido de dulces  navideños. Se persigue que sea una cena especial que les haga más llevadera su estancia hospitalaria, comenta Rocío López Fernández, jefa de cocina de Quirón Campo de Gibraltar.
La actividad física, continúa el especialista, “debe acompañar a esa forma de alimentarse. Si ya es recomendable durante todo el año hacer ejercicio físico moderado, al menos durante 20-30 minutos diarios, en Navidad conviene insistir en lo saludable de esta práctica y aumentar su intensidad y duración con el fin de quemar los excesos de las celebraciones”. El baile en las fechas señaladas es una buena manera de hacerlo. El resto de los días será suficiente con un largo paseo a paso rápido.  
En cuanto a la comida, resulta fundamental alimentarnos  adecuada, moderada y ordenadamente, lo que significa hacer cinco COMIDAS AL  DÍA (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena).
“Si en lugar de llegar a la cena de Navidad o Nochevieja sin haber probado bocado desde el almuerzo, merendamos, por ejemplo, una macedonia a base de yogur desnatado con una pieza de fruta, evitaremos las ansias compulsivas de arrasar con todo  lo que nos pongan por delante al sentarnos a la mesa”, aconseja Daniel Cabo.

Consejos prácticos para elaborar una cena saludable de Nochebuena y Nochevieja
Una buena alimentación empieza en el mismo momento de hacer la compra; es recomendable hacerla después de haber comido, es decir, no ir con hambre, llevar una lista con lo que realmente se necesita y, a ser posible, con los menús programados.
Cuidar las raciones. Se puede comer de todo, pero teniendo muy en cuenta la cantidad. Los excesos pasan factura.
Menús equilibrados. Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes son fechas señaladas para las celebraciones familiares, en las que las mesas se llenan de todo tipo de alimentos, en variedad y en cantidad. A la hora de confeccionar los menús es importante tener en cuenta el conjunto de nutrientes y la función que cada uno de estos cumplen, manteniendo la debida proporción entre grasas, proteínas, hidratos de carbono y azúcares: 
El marisco es siempre una buena opción, dado su bajo contenido en grasa y sus excelentes propiedades nutricionales.

No debe faltar una ensalada, ya que aporta grasas monoinsaturadas, favorece el tracto intestinal por su contenido en fibra y facilita la regulación de la absorción de grasas saturadas y poliinsaturadas.

Es importante eliminar la grasa de la carne antes de proceder a cocinarla y seleccionar las partes magras del animal. En el caso de las aves (pollo o pavo), es preferible eliminar la piel. Ya se elija carne o pescado, en cualquier caso es esencial cocinar sano.
Las guarniciones vegetales cocinadas al vapor son una excelente opción para el acompañamiento de estos platos.
Cuidado con el alcohol. Las bebidas alcohólicas son hipercalóricas y con un matiz importante: son calorías vacías, pues carecen de valor nutricional. Si no puede evitarse su consumo, un buen truco es poner más hielo en el vaso y mezclar con refrescos light. Es la mejor opción para reservar las calorías para los alimentos con mayor valor nutritivo.
Limitar los postres navideños. La bandeja con turrones y otros productos típicos navideños tiene una presencia continua en la mesa familiar durante la Navidad. Y por ello, es una tentación de ingerir muchos hidratos de carbono, azúcar y grasas saturadas. Algunos sustitutivos podrían ser el yogur descremado con macedonia de frutas o estos mismos productos en sus versiones light, que aseguran un 30% menos de calorías con respecto al producto original.

El día después…
Las grandes ingestas no se deben compensar anulando otras comidas principales como el desayuno o la cena. El organismo necesita un suministro de recursos constante, aunque moderado. Es muy positivo incluir en la primera comida del día la fruta, si 
no se hace habitualmente, y obsequiar al cuerpo con un paseo matinal. Es necesario dar un  reposo al estómago, consumiendo  platos más ricos en verduras y hortalizas en el almuerzo y en la cena,  sin olvidar la fruta en el postre.
En resumen, insiste Daniel Cabo, “moderación, cinco comidas al día y ejercicio físico harán que pasemos con buena nota estas fiestas navideñas”.

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