Según
establece el artículo 2 de la Ley 44/2003 de Ordenación de las
Profesiones Sanitarias (LOPS), la Logopedia es una profesión
sanitaria titulada: el colectivo logopeda posee una titulación
sanitaria y formación específica para garantizar la seguridad y
salud del usuario, pues su actuación requiere la manipulación
directa sobre el paciente, incidiendo de forma directa en la salud
física y/o cognitiva y en la seguridad de los usuarios de sus
servicios, de forma que una mala praxis profesional podría conllevar
un daño irreparable e incluso riesgo de muerte para el paciente.
De
acuerdo con fuentes conocedoras del Anteproyecto de Ley de Servicios
y Colegios Profesionales, el Gobierno reduciría la colegiación
obligatoria en las 80 profesiones actuales a 38 una vez esté
aprobada la nueva norma. La presidenta del Consejo General de
Colegios de Logopedas, Carmina Martín Garrido ha advertido, en este
sentido, de que la no inclusión de la profesión logopédica en
dicha ley “perjudicará gravemente a los pacientes”.
“En
el desarrollo del ejercicio profesional se hace necesario el uso de
productos sanitarios y la indicación de medicamentos así como de
técnicas de rehabilitación por parte del logopeda, aspectos que
causan una incidencia directa en el paciente”, explica Martín
Garrido. “Los colegios profesionales de logopedas tienen la misión
de ordenar y controlar el ejercicio profesional para garantizar la
buena práctica, regular la formación y certificación académica
del profesional ejerciente y poner todos los medios a su alcance para
luchar contra el creciente intrusismo profesional por parte de
personas no tituladas que con sus negligentes actuaciones ponen en
riesgo la salud y seguridad de los pacientes”.
Inclusión
incierta
A pesar de que la Logopedia cumple todos los requisitos para la colegiación obligatoria, (riesgo de muerte, intrusismo profesional, indicación de productos sanitarios) su inclusión entre las profesiones de obligada colegiación es incierta, lo cuál está generando una gran inquietud y alarma social en el colectivo de profesionales, usuarios y la sociedad en general.
A pesar de que la Logopedia cumple todos los requisitos para la colegiación obligatoria, (riesgo de muerte, intrusismo profesional, indicación de productos sanitarios) su inclusión entre las profesiones de obligada colegiación es incierta, lo cuál está generando una gran inquietud y alarma social en el colectivo de profesionales, usuarios y la sociedad en general.
Martín
Garrido insiste, en este sentido en que se hace “prioritario que se
mantenga la colegiación obligatoria para los profesionales logopedas
por la multitud de patologías que interviene, su grado de dificultad
y por cuanto la colegiación obligatoria es la única forma de
protección eficaz de los consumidores al identificar la profesión,
exigir una calificación profesional, desarrollar un estricto control
deontológico y tener establecido un sistema garantizado de
responsabilidad profesional. Es en definitiva beneficiosa no ya solo
para los profesionales logopedas, sino para la Administración y ante
todo para los usuarios de los servicios que presentan los
logopedas”.
“De confirmarse su exclusión del catálogo de profesiones de colegiación obligatoria”, continúa la presidenta del CGCL, “supondría un perjuicio grave para los usuarios, por la falta absoluta de control sobre su ejercicio que propiciaría un mayor intrusismo y una absoluta falta de control sobre la praxis profesional, siendo los usuarios o pacientes los principales perjudicados”.
“De confirmarse su exclusión del catálogo de profesiones de colegiación obligatoria”, continúa la presidenta del CGCL, “supondría un perjuicio grave para los usuarios, por la falta absoluta de control sobre su ejercicio que propiciaría un mayor intrusismo y una absoluta falta de control sobre la praxis profesional, siendo los usuarios o pacientes los principales perjudicados”.
No comments:
Post a Comment