Existe
un desconocimiento bastante generalizado en la población general española
acerca del papel de los biobancos y su retorno social y, peor aún, este
déficit se extiende incluso entre los propios investigadores. Así lo
manifiesta el Dr. Enrique de Álava Casado, Director de la Unidad de
Gestión Clínica de Anatomía Patológica en el Hospital Universitario Virgen del
Rocío (Sevilla) y subdirector científico del Banco Nacional de ADN-Carlos III,
que señala como “imprescindible” que los biobancos estén centrados en las
necesidades de los investigadores, ya que “de otra forma un biobanco no será ni
viable ni ético”.
En el transcurso de un “Debate
en Red”, promovido por el Instituto Roche y que contó con las
aportaciones del Dr. Nikolajs Zeps, Jefe del Programa de Investigación
Traslacional de Oncología de la Organización de Servicios Sanitario St John of God HealthCare
(Australia), se han revisado los principales desafíos en la gestión de
muestras biológicas en la era del diagnóstico molecular. Ya puede
acceder a este encuentro digital en el canal MDI del Instituto Roche (http://www.canalmdi.com)
Situación en España
En este contexto, el
Dr. Enrique de Álava, que en la actualidad también está implicado en la
actividad del Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) y que
coordina el grupo de trabajo sobre secuenciación de última generación en el
SSPA, ha declarado que “muchos investigadores españoles aún no han
comprendido muy bien cuál es la ventaja de tener las muestras y datos bajo el
régimen de biobancos en lugar de tenerlos en el de líneas de investigación
o en el de muestras para proyectos de investigación”. Es más, asegura que “aún
quedan investigadores que desconocen la Ley de Investigación Biomédica o la
incumplen”.
Este marco legal ha supuesto un impulso para los biobancos en España, aunque
actualmente los problemas más acuciantes son de otro tipo. “Si bien el reto
hace unos años era el de conseguir un marco legal que regulara este campo e
hiciera posible una investigación de calidad, creo que en este momento el
reto principal es la sostenibilidad del sistema”, indica Enrique de Álava,
quien reconoce que “hay menos fondos para financiar los biobancos y hay que
planificar su actividad con más cuidado, si cabe”.
Margen de mejora
Partiendo de esta
situación, la supervivencia de estos biobancos pasa, necesariamente, por
introducir importantes cambios. Entre otras cosas, demanda el Dr. Enrique
de Álava, “es necesario convencer a muchos investigadores del interés de
contar con buenos biobancos y también indispensable orientar la
actividad de los biobancos hacia la consecución de objetivos de servicio para
sus usuarios, centrando su actividad en la satisfacción de los mismos”.
Tal y como propone este experto, “los biobancos deben evolucionar hacia
plataformas de servicios que asocien una gran cantidad de datos genómicos y de
imagen digital a las muestras, de tal manera que éstos lleguen a ser más
importantes y más valiosos que las propias muestras”. Se aconseja, así, que los
propios biobancos podrían constituirse en plataformas de
caracterización/diagnóstico molecular (o al menos asociarse estrechamente a
ellas), lo que ayudaría a la caracterización en profundidad de las muestras,
dando valor a las propias muestras del biobanco y proporcionando, por otro
lado, diagnósticos moleculares clínicos de gran precisión, que ayuden de
manera clara a la toma de decisiones clínicas.
También se propone
idear y poner en marcha plataformas que permitan la migración de algunos datos
seleccionados desde la historia clínica electrónica hasta el biobanco,
especialmente en los sistemas de salud en los que existen sistemas de historia
clínica electrónica. De este modo, afirma Enrique de Álava, “los mismos
clínicos que forman parte del biobanco podrían incluir los datos asistenciales
en la historia clínica electrónica y beneficiarse de su asociación a las
muestras del biobanco”.
No menos sugerente es la
posibilidad, ya real en muchos casos, de poder contar con muestras de cada
paciente en diferentes formatos (sólidos, líquidos) y en distintos
momentos de la evolución de la enfermedad (diagnóstico, recidiva,
progresión). En este sentido, reconoce el subdirector científico del Banco
Nacional de ADN-Carlos III, “la toma de muestras líquidas (lo que se llama
biopsia líquida) puede complementar bien el tipo y formato de muestras
disponible actualmente en los biobancos”.
Ya en comparación con
otros países punteros en la organización de biobancos, y en base al debate
mantenido con el experto australiano Nikolajs Zeps, el Dr. Enrique de Álava
considera que “los problemas, las perspectivas y los condicionantes
son similares en todos los países y, de hecho, podemos aprender mutuamente de
las soluciones que se están adoptando en cada parte del mundo”.
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