Traductor

27 December 2011

Según ABC el Gobierno valora sacar de la financiación pública fármacos de menos de tres euros utilizados en el tratamiento de síntomas menores

Lágrimas artificiales, «omeprazoles» para la acidez de estómago, «fluimucil» contra catarros y gripes o analgésicos como el paracetamol podrían pasar a la lista de fármacos sin financiación pública. El Gobierno, de momento no se plantea nuevas fórmulas de copago, pero entre las medidas que tiene sobre la mesa para reducir el agujero sanitario, estaría el dejar de subvencionar medicamentos utilizados en el tratamiento de síntomas menores que no superan los 3 euros de precio. Con esta medida, se aliviaría la asfixia económica de las comunidades sin perjudicar en exceso el bolsillo de los pacientes.
Otra de las ideas que se barajan es exigir una evaluación coste-beneficio antes de decidir la financiación de nuevos medicamentos y técnicas que se incorporen a la cartera de servicios. Financiar solo los tratamientos que realmente demuestren su efectividad, a imagen y semejanza del NICE, la agencia de evaluación del Reino Unido.

-De marca y genéricos
El nuevo «medicamentazo» afectaría a los sueros o «lágrimas artificiales» para el tratamiento del ojo seco que cuesta cada año a las arcas públicas 70 millones al año; a los mucolíticos, con los que se combaten los resfriados y son recetados con profusión; antitusivos, contra la tos; antivaricosos, para mejorar la circulación en caso de varices; antiácidos y protectores estomacales como el omeprazol; así como antidiarréicos y analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol. En este listado estarían incluidos fármacos de marca y genéricos.
La idea no es nueva y la han valorado los últimos cuatro ministros de Sanidad. Pero ahora, con circunstancias económicas excepcionales, la medida cobra fuerza. El consejero de Sanidad de Cataluña, Boi Ruiz, aseguraba que la Generalitat retiraría el cobro de 1 euro por receta aprobado si el Gobierno central tomara una medida de ahorro farmacéutica de este tipo. José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía de la CEOE también insistía hace un mes en la misma idea: «¿Qué ocurriría si los ciudadanos se pagasen los medicamentos baratos? Nada o poco y el ahorro sería descomunal», afirmaba.
Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, bastaría con eliminar la subvención al 5% de estos medicamentos para ahorrar 1.258 millones de euros al año. En las comunidades autónomas, el ahorro medio sería del 2,1% de sus presupuestos regionales en Sanidad.
Eliminar la subvención pública para los medicamentos con los que se tratan los problemas menores es también una vieja reclamación de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp). Su director, Rafael García Gutiérrez, va más allá del ahorro económico de la iniciativa. Dejar sin receta pública los tratamientos para síntomas menores descongestionaría las consultas de atención primaria. Menos pacientes acudirían al médico de Familia a por su receta y se podrían evitar hasta 23 millones de consultas en los centros de salud. «Los médicos tendrían más tiempo para atender los problemas de mayor gravedad», asegura García Gutiérrez.

-¿Precios sin control?
El anterior equipo de Sanidad eludió esta opción por el temor a que estos medicamentos baratos se dispararan, cuando el precio dejara de estar intervenido. El director de Anefp asegura que la experiencia dice lo contrario. «Los fármacos que han dejado de financiarse no han subido de forma dramática. Al no estar financiados, el precio deja de estar controlado por la Administración, pero pasa a estarlo por la competencia del mercado. Si el gelocatil costara 15 euros nadie lo compraría y optaría por un genérico».
De la misma opinión es el economista de la Salud de la Universidad de Castilla-La Mancha, Álvaro Hidalgo. «Con el medicamentazo de 1997, el ministro Romay Beccaria logró ahorrar 30.000 millones de pesetas y la población siguió comprando los medicamentos. No creo que la medida afecte a la equidad y estoy convencido de que se seguirán vendiendo».
El temor de Hidalgo es más médico . Si los fármacos pasan a tener receta blanca, el paciente pierde el incentivo de acercarse a la consulta del médico, «se pierde, por tanto, el consejo del facultativo y la adherencia a los tratamientos». La medida también podría afectar negativamente a enfermos crónicos que utilizan estos medicamentos baratos como parte de su tratamiento. Este el caso de la aspirina infantil para enfermos cardiovasculares o de antiinflamatorios como el ibuprofeno en pacientes con problemas reumatológicos.

**Publicado en "ABC"

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud