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07 October 2010

Vertido tóxico en Hungría: el "barro rojo" delña los ojos y quema la piel


Hungría se encuentra en "estado de emergencia" después de que un torrente de lodo rojo tóxico haya arrasado varias localidades del país este lunes por la noche. La razón: la rotura de una balsa con residuos de una empresa fabricante de aluminio situada a 165 kilómetros al oeste de la capital, Budapest. Como consecuencia, han muerto ya cuatro personas, hay 120 heridos y los equipos de rescate continúan trabajando en la búsqueda de personas que permanecen desaparecidas.
Parece que las víctimas mortales lo han sido por ahogamiento. El vertido ha afectado a un área de 40 kilómetros cuadrados entre tres condados (Veszprém, Györ-Moson-Sopron y Vas), con una inundación estimada de unos 700.000 metros cúbicos. El resto de afectados ha sufrido, principalmente, quemaduras en la piel e irritación en los ojos, provocadas por el contacto con el plomo y otros elementos corrosivos presentes en este barro.
El 'barro rojo' de Hungría no es tóxico precisamente por el aluminio, un metal que, según Sergio Vañó-Galván, dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, "se utiliza de hecho en el tratamiento de algunas alteraciones dermatológicas, como la hiperhidrosis (exceso de sudoración)".
El componente realmente dañino del vertido "es el hidróxido sódico (más conocido como sosa cáustica), que se utiliza como base química para obtener el aluminio. Además, también pueden ser perjudiciales otros metales pesados, que podrían tener importancia en el desarrollo de alteraciones crónicas neurológicas o renales.... Depende de la composición. Habrá que analizar el lodo", señalan a ELMUNDO.es fuentes del Instituto Nacional de Toxicología.
Coincide con este punto de vista Ruth Jiménez Saavedra, técnica del Área de Riesgo Químico del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras, quien subraya que "para poder establecer los efectos para la salud y el medio ambiente que deriven del vertido hay que caracterizar el barro rojo y determinar con exactitud cada uno de los componentes".
En principio, continúa esta especialista, "los componentes mayoritarios de este tipo de lodo son los del mineral bauxita: óxidos de hierro, aluminio, silicio, sodio, calcio y titanio, así como trazas de otros elementos (cromo, níquel, plomo, manganeso entre otros), además de la sosa utilizada".


--Daños para la salud
Según explican los expertos españoles, desde el punto de vista inmediato, "la sosa cáustica (NaOH) produce quemaduras de mayor o menor gravedad, en función de la concentración, el tiempo de exposición y la superficie de contacto".
En este caso, dadas las circunstancias, probablemente muchos de los heridos sufran quemaduras importantes. "Este compuesto es tan corrosivo que si no se limpia bien continúa penetrando desde la superficie de la piel hacia el interior del organismo, provocando quemaduras de máximo grado". Dependiendo de la gravedad, el tratamiento va desde un lavado con suero fisiológico hasta injertos de piel o la muerte en los casos más graves.
La sosa cáustica "se comporta como un irritante en la piel y en las mucosas con las que entre en contacto". Por esta razón, gran parte de los afectados también sufre irritación ocular. Si, por ejemplo, "por el viento se formaran aerosoles (gotas de este compuesto en el aire), entonces irritarían las vías respiratorias y producirían dificultades al tomar aire, pero, nuevamente, dependerá de la concentración, los metales generados y la temperatura".
Los efectos de este componente son hasta 100 veces superiores a los de la lejía, que también es cáustica. El contacto con este producto de limpieza, dependiendo del caso, "puede producir dermatitis de contacto irritativa, lesiones en la piel (pápulas, vesículas con contenido líquido) y provoca dolor, quemazón y picor", comenta Rosa Díaz, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes, Madrid). Y añade: "Como es una sustancia alcalina, puede producir quemaduras de primer grado".
Según los expertos, estos efectos se multiplican enormemente al contacto directo con la sosa cáustica. Y cuanta mayor concentración, peor. Además, "si en la escala de pH, que oscila de 0 a 14, la solución derramada tiene una puntuación de 14 (en condiciones normales es de sólo siete), quiere decir que la corrosión es máxima", añaden desde el Instituto Nacional de Toxicología.
Los más vulnerables, aclara Jiménez Saavedra, son los niños que, al "presentar una mayor superficie pulmonar en relación con otros ratios, como el peso corporal y el volumen, pueden recibir dosis mayores" de las sustancias tóxicas.
Ahora, según ha explicado el jefe de la Unidad de Desastres Naturales de Hungría, Gyorgy Bakondi, hay que cerrar la rotura del dique, limpiar el lodo de los muros de las casas y las calles (con máquinas y excavadoras) y proteger el agua para consumo humano". Por ello, los equipos de limpieza están colocando yeso en un río cercano para ayudar a neutralizar el vertido y, además, se están haciendo grandes esfuerzos para evitar que el lodo rojo llegue al Danubio.
"A priori, el impacto ambiental puede ser muy grande por su efecto corrosivo y el elevado pH del lodo, lo cual podría afectar a suelos, cultivos, flora y fauna", concluye Jiménez Saavedra, quien recuerda el desastre de similares características de Aznalcóllar, donde no hubo que lamentar víctimas mortales, pero "sí graves daños medioambientales".


**Publicado en "El Mundo"

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