Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2002 las enfermedades crónicas no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer…) eran las responsables de las 2/3 partes de la mortalidad en el mundo.Tal y como argumentó Vidal Carou “de los diez factores de riesgo identificados por la OMS para el desarrollo de estas enfermedades, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación y el estilo de vida y entre estos la obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes. En España, según los datos de la SEEDO, la prevalencia de la obesidad (IMC>30) es del 13,4 por ciento siendo en varones del 11,5 y del 15,2 por ciento en mujeres.
-Casi el 20% de la población sufre sobrepeso
El sobrepeso afecta al 19,3 por ciento de la población, y se distribuye en un 23,3 por ciento en varones y en un 15,3 por ciento en mujeres. En cuanto al sobrepeso y la obesidad infantil, los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la OMS y la SEEDO, muestran que el 18,67 por ciento de los niños sufre sobrepeso y el 8,94 por ciento obesidad. «La prevalencia de la obesidad entre los niños y los jóvenes españoles de 2 a 24 años es realmente muy preocupante y tiene una tendencia ascendente desde hace dos décadas.En comparación con otros países europeos, España se sitúa en una posición intermedia en el porcentaje de adultos obesos, pero, en población infantil, presenta una de las cifras más altas». Ante esta situación, «es necesario que la población sea consciente de que la obesidad es mucho más que un eventual problema estético.La merma en calidad de vida y el riesgo aumentado de padecer enfermedades son argumentos más que suficientes para que se desarrollen estrategias a todos los niveles que ayuden a reducir la epidemia de obesidad que padecemos», señaló la doctora.En cuanto al tipo de medidas que se deben tomar para frenar su avance, Vidal Carou señaló que la obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa corporal como consecuencia de ingestas energéticas superiores al gasto diario. «Se pueden y deben tomar medidas en los dos términos de la ecuación: disminuyendo la ingesta y aumentando el gasto, es decir, adoptando hábitos dietéticos que conlleven una reducción de la ingesta de calorías y aumentando la actividad física para aumentar el gasto energético».
El sobrepeso afecta al 19,3 por ciento de la población, y se distribuye en un 23,3 por ciento en varones y en un 15,3 por ciento en mujeres. En cuanto al sobrepeso y la obesidad infantil, los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la OMS y la SEEDO, muestran que el 18,67 por ciento de los niños sufre sobrepeso y el 8,94 por ciento obesidad. «La prevalencia de la obesidad entre los niños y los jóvenes españoles de 2 a 24 años es realmente muy preocupante y tiene una tendencia ascendente desde hace dos décadas.En comparación con otros países europeos, España se sitúa en una posición intermedia en el porcentaje de adultos obesos, pero, en población infantil, presenta una de las cifras más altas». Ante esta situación, «es necesario que la población sea consciente de que la obesidad es mucho más que un eventual problema estético.La merma en calidad de vida y el riesgo aumentado de padecer enfermedades son argumentos más que suficientes para que se desarrollen estrategias a todos los niveles que ayuden a reducir la epidemia de obesidad que padecemos», señaló la doctora.En cuanto al tipo de medidas que se deben tomar para frenar su avance, Vidal Carou señaló que la obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa corporal como consecuencia de ingestas energéticas superiores al gasto diario. «Se pueden y deben tomar medidas en los dos términos de la ecuación: disminuyendo la ingesta y aumentando el gasto, es decir, adoptando hábitos dietéticos que conlleven una reducción de la ingesta de calorías y aumentando la actividad física para aumentar el gasto energético».
-Variedad y equilibrio: claves para una dieta sana
Mantener una alimentación sana, variada y equilibrada se convierte en una herramienta fundamental en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso. «Afortunadamente no hay una regla fija, ni una única forma de alimentarse saludablemente, pero si hay unos principios que deben mantenerse en lo posible: variedad, equilibrio y moderación en la ingesta».La teoría es fácil, adaptar la ingesta de alimentos a las proporciones relativas que se reflejan en las pirámides alimentarias, que no son más que una forma simplificada de trasladar a la población las bases de cómo ha de construirse una dieta saludable. Como elementos fundamentales a tener en cuenta, se ha de procurar un consumo elevado de productos de origen vegetal, tanto verduras y hortalizas como frutas, sin olvidar la presencia importante de legumbres, y una moderación en el consumo de productos de origen animal, especialmente de los derivados procesados.Igualmente, debe moderarse el consumo de los productos que se encuentran en la parte superior de la pirámide (pasteles, bollería, helados…) porque son una fuente importante de azúcares y grasas (especialmente las saturadas), que son nutrientes que suelen consumirse en exceso, pero tal y como destacó la doctora, no tenemos que eliminar radicalmente estos productos de nuestra alimentación, se pueden consumir pero de manera ocasional.En la parte final de su ponencia la doctora señaló que en el mercado existen productos que nos ayudan a reducir el consumo de azúcares conservando las cualidades organolépticas de los productos acabados, por ejemplo el maltitol SweetPearl de Roquette. Para Vidal Carou las ventajas de utilizar maltitol son dobles: «Por un lado posee beneficios nutricionales: no es cariogénico». Posee un 40 por ciento menos calórico que el azúcar (2,4 Kcal/g del maltitol vs 4Kcal/g), es decir un 15 por ciento de disminución calórica en productos terminados con maltitol con un índice glucémico bajo.Por otro lado, desde un punto de vista organoléptico, «su gusto dulce natural no enmascara los sabores a los cuales se asocia, por el contrario, se trata de un potenciador del sabor y resalta la presencia de otros ingredientes como, por ejemplo, la intensidad de los aromas del cacao en el chocolate».
Mantener una alimentación sana, variada y equilibrada se convierte en una herramienta fundamental en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso. «Afortunadamente no hay una regla fija, ni una única forma de alimentarse saludablemente, pero si hay unos principios que deben mantenerse en lo posible: variedad, equilibrio y moderación en la ingesta».La teoría es fácil, adaptar la ingesta de alimentos a las proporciones relativas que se reflejan en las pirámides alimentarias, que no son más que una forma simplificada de trasladar a la población las bases de cómo ha de construirse una dieta saludable. Como elementos fundamentales a tener en cuenta, se ha de procurar un consumo elevado de productos de origen vegetal, tanto verduras y hortalizas como frutas, sin olvidar la presencia importante de legumbres, y una moderación en el consumo de productos de origen animal, especialmente de los derivados procesados.Igualmente, debe moderarse el consumo de los productos que se encuentran en la parte superior de la pirámide (pasteles, bollería, helados…) porque son una fuente importante de azúcares y grasas (especialmente las saturadas), que son nutrientes que suelen consumirse en exceso, pero tal y como destacó la doctora, no tenemos que eliminar radicalmente estos productos de nuestra alimentación, se pueden consumir pero de manera ocasional.En la parte final de su ponencia la doctora señaló que en el mercado existen productos que nos ayudan a reducir el consumo de azúcares conservando las cualidades organolépticas de los productos acabados, por ejemplo el maltitol SweetPearl de Roquette. Para Vidal Carou las ventajas de utilizar maltitol son dobles: «Por un lado posee beneficios nutricionales: no es cariogénico». Posee un 40 por ciento menos calórico que el azúcar (2,4 Kcal/g del maltitol vs 4Kcal/g), es decir un 15 por ciento de disminución calórica en productos terminados con maltitol con un índice glucémico bajo.Por otro lado, desde un punto de vista organoléptico, «su gusto dulce natural no enmascara los sabores a los cuales se asocia, por el contrario, se trata de un potenciador del sabor y resalta la presencia de otros ingredientes como, por ejemplo, la intensidad de los aromas del cacao en el chocolate».
**Publicado en "La Razón"
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