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14 October 2010

Las personas con varices constituyen un grupo de riesgo en los deportes de contacto


¿Es el deporte una práctica de riesgo? ¿Qué consecuencias tiene para la salud venosa el que una persona sedentaria comience a realizar de manera repentina un deporte exigente (por ejemplo, correr o jugar al fútbol)? A esas y otras preguntas responden Rodrigo Rial e Ignacio Sánchez Nevárez, miembros del comité científico del Capítulo Español de Flebología. El primero de ellos entiende que "es importante distinguir si la persona sedentaria padece algún problema de insuficiencia venosa o varices antes de comenzar a realizar deporte. Las personas sin problemas de insuficiencia venosa deben tomar las elementales precauciones de un comienzo paulatino de la actividad y la valoración médica que en cada caso recomienda la Femede (Federación Española de Medicina del Deporte), para cada grupo de edad e intensidad del ejercicio a practicar. Sin embargo, si la persona que desea comenzar la práctica deportiva padece un problema de varices, debe ser evaluado por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular".
Entre las recomendaciones comunes a seguir en estos casos se encuentra "la utilización de soporte elástico adecuado a la gravedad del problema venoso y a la actividad física a realizar. En la actualidad existen medias elásticas específicamente fabricadas para la realización de ejercicio que, por el tipo de tejido y el diseño, cada vez se están utilizando más por deportistas con el problema de insuficiencia venosa".
Rodrigo Rial subraya que "no existe evidencia científica que la práctica deportiva favorezca el desarrollo de varices. No obstante, ante la aparición de las mismas después de iniciado el ejercicio debe consultarse al especialista en Angiología y Cirugía Vascular".
Puntualiza, no obstante, que "existen determinados territorios venosos, como el de las extremidades superiores, en los que se dan con más frecuencia trombosis venosas en los que practican deportes que exijan una fortaleza más importante de los brazos (halterofilia, escalada, culturismo…) o en aquellas personas que realizan esfuerzos cotidianos con las extremidades superiores. Esto no es por la práctica del deporte en sí, sino que intervienen factores como la hipertrofia muscular y se cree que en la mayoría de las ocasiones existe una alteración de la coagulación, aunque muchas veces no sea detectable".
Queda claro, por tanto, que "no hay deportes que por su realización vayan a provocar la aparición de varices, pero sí que existen deportes que en los pacientes con insuficiencia venosa son mejor tolerados y producen un alivio mayor de los síntomas de la insuficiencia venosa. La natación, bicicleta y caminar son los más aconsejables, porque producen una sobrecarga venosa menor, y en el caso de la natación el efecto de la gravedad está minimizado por la posición y la presión del agua".


-Efectos de la altitud
En lo que se refiere a la vida en altitud, Rodrigo Rial apunta que "en estas zonas una presión atmosférica menor y el efecto de la hipertensión venosa (la causa principal de la insuficiencia venosa) se magnifica". No se ha observado que las personas indígenas que viven a gran altitud tengan una mayor incidencia de insuficiencia venosa, pero sí que aquellas personas que se desplazan a vivir al altiplano sufren un aumento de diagnóstico de insuficiencia venosa. Algo parecido ocurre en los viajes en avión, que por la presión en cabina simulan la atmósfera de gran altitud"
Ignacio Sánchez Nevárez, miembro del comité científico del Capítulo Español de Flebología, puntualiza cómo "la JACC (Journal of the American College of Cardiology) estableció, en 2005, una clasificación según el tipo e intensidad de esfuerzo y el riesgo de lesión por contacto o sobre esfuerzo, además se analizó su influencia sobre el sistema cardiovascular y sus posibles repercusiones. Según el tipo de contracción muscular los deportes pueden ser dinámicos o estáticos. En los ejercicios dinámicos predomina la contracción isotónica, es decir estiramiento y acortamiento del músculo, junto con un mayor consumo de oxígeno; en los ejercicios estáticos predomina la contracción isométrica y no suelen estar limitados por el consumo de oxígeno.
Matiza el experto que "las demandas cardiocirculatorias dependen del tipo, la intensidad y la duración del deporte, así como de sus efectos neurohumorales y los factores ambientales. Los ejercicios estáticos de intensidad moderada y baja, prácticamente no requieren adaptación cardiovascular. No así ocurre con los estáticos de alta intensidad (halterofilia) los cuales se han relacionado con miocardiopatía hipertrófica a largo plazo. Por otro lado los ejercicios dinámicos siempre requieren una adaptabilidad cardiocirculatoria y de consumo de oxígeno, y los de gran intensidad tienen un riesgo aumentado de síncope o traumatismo por contacto. En general los ejercicios dinámicos leves y moderados han demostrado ser beneficiosos tanto en el metabolismo como en la salud respiratoria y cardiovascular. En los deportes con riesgo de lesión por contacto (fútbol, boxeo) hay que considerar que pueden generar una lesión venosa superficial (tromboflebitis, ruptura) siendo los pacientes con varices un grupo de riesgo".

--RECOMENDACIONES
Desde un punto de de la vida práctica, Ignacio Sánchez Nevárez aporta las siguientes recomendaciones:
- La presencia de arañas vasculares o teleangiectasias se ven poco afectadas por el deporte y solo deberán consultar al especialista en el caso de hematomas asociados.
- Un ejercicio aeróbico leve/moderado (andar) siempre está recomendado mientras sigan el tratamiento adecuado de su insuficiencia venosa crónica (compresión elástica, flebotónicos, correcta evolución de una úlcera activa).
- Ante un ejercicio intenso aeróbico o con riesgo de lesión por contacto, en caso de tener antecedentes de varices importantes, TVP o úlceras por insuficiencia venosa crónica deberán antes consultar con un especialista. En el caso de la natación únicamente debe evitarse en caso de úlceras activas hasta que hayan cerrado.
- Una vida sedentaria aumenta el riesgo de edema en tobillos por ausencia de la bomba gemelar, pudiendo a largo plazo afectar la piel y presentar ulceras difíciles de tratar.
- Se desaconsejan los ejercicios estáticos intensos (halterofilia) en los pacientes con insuficiencia venosa crónica y en especial de origen pélvico porque aumentan la hipertensión venosa intraabdominal y en extremidades inferiores.

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