"El dermatólogo me recomendó usar preparados farmacéuticos a base de breas. Es un tipo de pomada que me tenía que aplicar cada noche, casi un centímetro de grosor por todo el cuerpo", explica Ferrán Sebastián, un hombre de 52 años afectado por psoriasis desde los 27. Pero ahí no acababa el ritual. A la mañana siguiente, "esta crema quedaba como endurecida y tenía que quitármela. Era muy laborioso y engorroso".
Como reconoce Ferrán, "aguantar con este tratamiento es muy difícil. Yo lo dejé". Y como él, según una encuesta realizada por dos dermatólogos españoles, también el 84,83% confiesa haber sido 'incumplidor' con las terapias, especialmente si consistían en productos de uso tópico (pomadas, cremas, geles). "La aplicación correcta de éstos es más compleja que tomar una pastilla o ponerse una inyección, ya que precisa tiempo y puede ser desagradable", señala Miquel Ribera, uno de los autores de la encuesta y dermatólogo del Hospital de Sabadell (Barcelona).
Ferrán lo confirma: "Mancha la ropa, las sábanas y hasta el colchón y se impregna por toda la casa un olor a alquitrán repulsivo". Esta experiencia la comparte con gran mayoría de las personas con psoriasis, ya que un alto porcentaje (el 80% de los encuestados) utiliza este tipo de cremas.
Con el objetivo de conocer el cumplimiento terapéutico en el paciente español con psoriasis, Miquel Ribera y la doctora Lorena Leal diseñaron una encuesta que han enviado por correo electrónico a los registrados en la base de datos de Acción Psoriasis. En total, han respondido 679 afectados. No sólo querían averiguar el porcentaje de adherencia, también lo querían relacionar con algunas variables, como la afectación psicológica. "Pasamos algunos cuestionarios de ansiedad, depresión y calidad de vida. Encontramos que los pacientes más ansiosos son los que mejor cumplen el tratamiento, probalemente, porque este rasgo se asocia a una personalidad más obsesiva o están más preocupados", argumenta el dermatólogo.
Al asociar la adherencia a la duración de las visitas al especialista y el intervalo entre las mismas, ambos médicos observaron que "los pacientes seguían mejor el tratamiento cuando iban a consulta en un intervalo menor de tres meses".
Entre las causas más importantes de cumplimiento, más de la mitad de los participantes abandona el tratamiento porque está cansado (62%) y porque lo consideran poco eficaz (55%). Aunque Ferrán se considera "bastante cumplidor, es cierto que te cansan del mismo ritual todos los días, con lo engorroso que resulta aplicarse pomadas con breas". En cuanto a la eficacia, "desde que aparecieron los primeros síntomas de psoriasis (en codos y rodillas), el tratamiento tópico ha ido cambiando. Cremas cada vez con más corticoides. Lo que en un principio puede funcionar, después deja de hacer efecto y hay que acudir al dermatólogo para probar con otras alternativas".
Actualmente, Ferrán toma dos pastillas al día de metotrexato y lo complementa con una crema normal para la piel. "Hay rachas, pero llevo cuatro años bastante bien. He pasado momentos muy duros y el desconocimiento de la gente complica aún más las cosas". Aunque este afectado asegura que cada vez hay más conciencia y sensibilidad por la enfermedad "aún queda un largo camino por recorrer [...] Todavía hay quien te mira de reojo o se aparta cuando vas en el autobús".
Precisamente por este tipo de cuestiones, y según los datos de la encuenta española, el 52% de los pacientes con psoriasis está deprimido y el 45% presenta una afectación importante de la calidad de vida.
En definitiva, "nuestro estudio pone de manifiesto que la falta de cumplimiento terapéutico entre los pacientes con psoriasis en España es muy alta y es preciso tomar medidas para aumentarlo", sugiere Ribera. Y añade: "Sería recomendable mejorar la relación entre médico y paciente, dar información por escrito, concienciar sobre la importancia de tener bien controlada la enfermedad, elegir los tratamientos que mejor se adapten al estilo de vida del paciente y aumentar el intervalo de visitar con el dermatólogo, entre otras estrategias".
**Publicado en "El Mundo"
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