“A los médicos muchas veces nos es difícil distinguir lo nuevo de lo bueno, es decir, lo que es una técnica muy impactante pero al paciente no le aportada nada, de lo que realmente al paciente le aporta algo. A esto hay que añadir además que con la medicina defensiva que se práctica actualmente, al paciente se le pide todo tipo de técnicas de imagen en todo momento, lo cual es insostenible para el Sistema y muy problemático para los propios pacientes”. De esta forma se ha expresado el Dr Alberto San Román, Director del Instituto de Ciencias del Corazón (ICICOR) e investigador clínico de la RECAVA ( Red de Investigación Cardiovascular perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación).
El Dr San Román se ha referido además al actual entorno en el que desarrollan los cardiólogos su actividad, coyuntura que incluye entre otros aspectos la información abundantísima de que disponen los médicos, el acceso de manera muy sencilla a la información, un desarrollo tecnológico a velocidad de vértigo e imparable y la exigencia por parte de la sociedad de la excelencia en todas las actuaciones profesionales de los especialistas en cardiología.
San Román ha planteado un nuevo paradigma, es decir, un nuevo enfoque a la hora de solicitar pruebas de técnicas de imagen. Dicho planteamiento se basa en tres pilares básicos:
1. Lo fundamental es el paciente: hay que preguntarle, estar con él, saber realmente qué cuenta el paciente y a partir de ahí el médico ya puede estimar si dirigirse hacia una técnica u otra.
2. Qué información se necesita: no pedir información redundante que no aporte nada nuevo.
3. Correcta elección de las técnicas de imagen disponibles: cuál es en cada situación la técnica más barata, la que va a tener menos complicaciones o efectos secundarios y la que va a proporcionar al médico más información.
El Dr San Román se ha referido además al actual entorno en el que desarrollan los cardiólogos su actividad, coyuntura que incluye entre otros aspectos la información abundantísima de que disponen los médicos, el acceso de manera muy sencilla a la información, un desarrollo tecnológico a velocidad de vértigo e imparable y la exigencia por parte de la sociedad de la excelencia en todas las actuaciones profesionales de los especialistas en cardiología.
San Román ha planteado un nuevo paradigma, es decir, un nuevo enfoque a la hora de solicitar pruebas de técnicas de imagen. Dicho planteamiento se basa en tres pilares básicos:
1. Lo fundamental es el paciente: hay que preguntarle, estar con él, saber realmente qué cuenta el paciente y a partir de ahí el médico ya puede estimar si dirigirse hacia una técnica u otra.
2. Qué información se necesita: no pedir información redundante que no aporte nada nuevo.
3. Correcta elección de las técnicas de imagen disponibles: cuál es en cada situación la técnica más barata, la que va a tener menos complicaciones o efectos secundarios y la que va a proporcionar al médico más información.
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