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04 March 2010

Los alimentos funcionales son el mejor complemento en la dieta de la mujer


Una buena alimentación mantenida durante toda la vida puede contribuir a prevenir la aparición de numerosas enfermedades. En los últimos años cada vez cobra más valor la capacidad preventiva que pueden poseer algunos alimentos por su interesante composición nutricional. Son los alimentos funcionales, cuyo consumo incrementa los beneficios de una dieta saludable, especialmente cuando se trata de prevenir la osteoporosis, la obesidad o disminuir los síntomas de la menopausia.
En el caso de la mujer, el doctor Santiago Palacios, presidente del Comité Organizador del 10º Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer y director del Instituto Palacios, explica que "los estrógenos suponen una ventaja ante la supervivencia de las mujeres, puesto que favorecen la actuación de enzimas antioxidantes, y ello las protege frente al estrés oxidativo y, con ello, frente a diversas patologías. Con la llegada de la menopausia, se produce una caída brusca de esteroides sexuales con una mayor susceptibilidad de presentar determinadas enfermedades, como las cardiovasculares, y una afectación considerable en la calidad de vida".
Cada persona alberga unos 100.000 millones de microorganismos de más de 400 especies diferentes, en su mayoría bacterianas, de las que aproximadamente el 95 % se han adaptado a lo largo de la evolución a vivir y proliferar en el interior del tubo digestivo, sobre todo en el colon. Es la llamada flora bacteriana intestinal, un complejo ecosistema lleno de microbios beneficiosos para la salud. "Bien es sabido que las bacterias, además de producir enfermedades, pueden tener efectos beneficiosos. En este sentido, está proliferando en la industria alimentaria el desarrollo de productos que promocionen las bacterias beneficiosas dentro del intestino para optimizar los efectos favorables de la microflora sobre el organismo humano", comenta la doctora Nieves Palacios, jefa de Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte (CSD Madrid).
"La población espera que un alimento tenga un efecto saludable, además de la propiedad básica de nutrirnos. Buscamos, por tanto, el beneficio adicional además del tradicional", explica la doctora Palacios. Por ello, "el consumo de alimentos funcionales, como los prebióticos y los prebióticos, está creciendo espectacularmente, porque ofrecen ese beneficio complementario".
Un alimento funcional es aquel que contiene algún componente, nutriente o no nutriente, con acción selectiva sobre una o varias funciones del organismo, y que de manera especifica y positiva promueve un efecto fisiológico o psicológico más allá de su valor nutritivo tradicional, bien por su contribución al mantenimiento del estado de salud y bienestar o por la reducción del riesgo de padecer una determinada enfermedad. Dichos alimentos pueden ser naturales o modificados. En este segundo caso se puede alterar, añadir o eliminar uno o varios de sus componentes, o combinar las tres posibilidades.


--Prebióticos, beneficiosos para nuestro sistema inmunitario
Los prebióticos son ingredientes de la comida no digeribles que promueven selectivamente el crecimiento y la actividad de un número limitado de bacterias beneficiosas para la salud. "Es decir, se trata de sustancias, mayoritariamente de origen vegetal, que colonizan el intestino modificando positivamente la flora intestinal y mejorando el funcionamiento del sistema inmune y, por tanto, la salud global del organismo", señala la doctora Palacios.
Entre los prebióticos destacan sustancias como los oligosacáridos y la inulina, que pasan sin digerir del intestino al colon. "Estas sustancias se encuentran en alimentos como el trigo, el ajo, la cebolla, los espárragos, el puerro, la remolacha, la alcachofa y la raíz de achicoria", explica esta experta.
La inulina y la oligofructosa, extraídas de las raíces de la achicoria, juegan un papel importante en el desarrollo actual de productos funcionales innovadores con beneficios nutricionales reales. "Además", comenta la doctora, "se han añadido a una serie de alimentos y bebidas de consumo diario con el fin de promover los efectos beneficiosos para la salud ya conocidos (mejora del transito intestinal, efecto bifidogénico y aumento de la absorción intestinal de calcio) y se está profundizando en la investigación de otros posibles efectos, entre los que se encuentran: reducción del cáncer colorrectal, modulación del apetito y la saciedad, aumento de la resistencia a padecer infecciones o la mejora del metabolismo lipídico y de los glúcidos.


--La importancia de una correcta hidratación
La correcta hidratación tiene un papel activo en la refrigeración corporal, en el aporte de nutrientes a las células musculares, la eliminación de sustancias tóxicas y en la lubricación de las articulaciones. "Los requerimientos de líquidos son muy variables ya que están determinados por diversos factores, como son el metabolismo de cada persona, las condiciones ambientales y el grado de actividad física entre otros", señala la Dra. Palacios.
Se estima que es necesario tomar un mililitro de líquido por cada caloría consumida, por lo que en personas adultas sanas, la cantidad aproximada de líquido que se debe consumir al día está comprendida entre 3 y 3,5 litros en los varones y entre 2 y 2,7 litros en las mujeres. Como los alimentos también aportan agua, estas cantidades hacen referencia a la suma del agua contenida entre los alimentos que comemos y el resto de los líquidos que bebemos (agua, caldos, sopas, infusiones, refrescos y demás bebidas).
En este sentido y según afirma la Dra. Palacios, "los diferentes datos de las encuestas de consumo de alimentos concluyen que aproximadamente el 20-25% del agua que consumimos a diario proviene de los alimentos y el 75-80% de las bebidas que tomamos".

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