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17 March 2010

La resonancia magnética lumbar sólo debe realizarse en casos excepcionales según un estudio de la Fundación Kovacs


Actualmente, las dolencias de la espalda son uno de los principales motivos por los que se hacen resonancias magnéticas, de tal modo que se estima que cada año se realizan en España entre 360.000 y 948.420 resonancias magnéticas lumbares. Sin embargo, esa prueba sólo es moderadamente fiable para el diagnóstico de la mayoría de las alteraciones de la columna vertebral (como los signos de degeneración discal, y la protrusión o hernia discal). Por tanto, las imágenes observadas en una resonancia magnética no pueden ser el factor decisivo (ni siquiera determinante) para diagnosticar el origen del dolor en un paciente, decidir si tiene que ser intervenido quirúrgicamente o pronosticar su evolución.
Así se desprende de un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda y financiado por la Fundación Kovacs, que acaba de ser publicado en Radiology, la principal revista científica internacional en el ámbito de la radiología con el título "Agreement in the interpretation of 1.5 magnetic resonance images of the lumbar spine using the Nordic Modic Consensus Group classification form". Dada la trascendencia del artículo, la revista le ha dedicado una editorial y lo ha incluido en la sección en la que resalta los estudios más relevantes que publica.
El objetivo del estudio fue determinar la fiabilidad de la interpretación de las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética "cerrada" (técnicamente "de 1,5 Teslas"). Sus resultados han demostrado que sólo es moderada la fiabilidad con la que esa prueba permite diagnosticar la mayoría de las alteraciones de la columna vertebral (como los signos de degeneración discal, la fisura, protrusión o hernia discal, o los nódulos de Schmorl), y que esa fiabilidad es todavía menor para otras alteraciones (como los osteofitos).
"Los datos disponibles reflejan que todas las RM prescritas en la sanidad pública, sólo se indica el motivo por el que se pide en el 38% de ellas. Y de aquellas en las que se indica el motivo, se considera que este es inapropiado en entre un tercio y dos tercios de ellas", afirma el Dr. Estanislao Arana, radiólogo y primer autor del artículo. Esto significa que en nuestro país se podrían estar realizando innecesariamente entre 120.000 hasta 630.000 resonancias magnéticas lumbares cada año.
En este sentido, el Dr. Arana subraya que "en la medicina actual es una necesidad ética conocer la precisión de las pruebas diagnósticas para saber sus limitaciones2, siendo más necesario cuanto más demanda existen de pruebas de imagen".


--Implicaciones para el paciente y para la práctica médica
Desde el punto de vista práctico, el presente estudio concluye que, en los pacientes con dolencias de la espalda (incluyendo aquellos con protrusión o hernia discal), el resultado de la resonancia magnética, aisladamente, es irrelevante, y que lo importante es la concordancia entre esa imagen y los síntomas y signos del paciente. Por tanto, sólo tiene sentido realizar esa prueba cuando los síntomas y signos también lo aconsejan.
Estos resultados se suman a las conclusiones de otro estudio publicado recientemente y también financiado por la Fundación Kovacs, que demostró que las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética "abierta" (técnicamente, "de 0,2" Teslas), que tienen una resolución más baja y dan lugar a imágenes de peor calidad, tampoco eran suficientemente fiables para diagnosticar varias alteraciones de la columna vertebral, como la "degeneración fiscal" o los "osteofitos".
Además, la conclusión de este estudio refuerza la de investigaciones previas, según las que sólo tiene sentido prescribir resonancias magnéticas a los pacientes con dolencias de la espalda, en dos supuestos: cuando los síntomas y los signos recogidos en una exploración física sugieren que el dolor puede deberse a enfermedades sistémicas –como tumores-, o cuando esos síntomas y signos ya han llevado a la decisión de operar y el cirujano necesita planificar la operación.
De hecho, realizar una resonancia magnética lumbar cuando no está indicada, no sólo no ayuda al paciente, sino que resulta contraproducente, pues le suscita preocupaciones injustificadas y aumenta el riesgo de que se alcancen diagnósticos erróneos y se apliquen tratamientos inapropiados e innecesariamente agresivos. Por ejemplo, el hecho de hacer una resonancia magnética lumbar aumenta un 400% el riesgo de terminar siendo operado, esté indicado o no. Y, además, genera costes superfluos y listas de esperas injustificadas para quienes realmente necesitan hacerse la prueba.
Para el Dr. Francisco Kovacs, coautor del estudio y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda "este estudio aporta un criterio para que los radiólogos –y, sobre todo, los clínicos que prescriben las resonancias magnéticas- restrinjan el uso de esta tecnología a los casos en los que sus resultados son verdaderamente fiables. Es un error común creer que la resonancia magnética permite "verlo todo y diagnosticar con precisión la causa del dolor"; los pacientes deben saber que las resonancias magnéticas sólo se tienen que realizar en casos concretos y excepcionales; y que si su médico no se la prescribe cuando no está indicada no le está tratando mal, sino que probablemente le está evitando preocupaciones innecesarias, diagnósticos inapropiados y tratamientos contraproducentes".


--Diseño y resultados del estudio
En este estudio, un grupo de radiólogos de distintos hospitales de Valencia y Mallorca interpretó por separado las mismas imágenes de 53 pacientes a los que se les había pedido una resonancia magnética por dolor lumbar. Para asegurar la independencia de sus análisis, los radiólogos desconocían el resultado de las interpretaciones de sus colegas y las características demográficas (edad, sexo, etc.) y clínicas (existencia o no de dolor irradiado, etc.) de los pacientes. Pasados como mínimo 14 días, se les pidió que volvieran a interpretar las mismas imágenes, sin permitirles consultar las interpretaciones que habían hecho en la primera ronda. En la fase de análisis estadístico, se estudió el grado de coincidencia de las interpretaciones de los distintos radiólogos sobre una misma imagen ("concordancia inter-evaluador") y la de las interpretaciones que un mismo radiólogo había hecho de la misma imagen en distintos momentos ("concordancia intra-evaluador").
Sus resultados demuestran que el grado de concordancia entre distintos radiólogos al interpretar las mismas imágenes sólo es moderada (incluso para los diagnósticos de protrusión o hernia discal). Por tanto, las imágenes observadas en una resonancia magnética no pueden ser consideradas el factor determinante para diagnosticar a un paciente, pronosticar su evolución o decidir si tiene que ser intervenido quirúrgicamente o no.
El Dr. Estanislao Arana, primer autor del artículo, señala que "el grado de concordancia obtenido en este estudio por los radiólogos al analizar las resonancias magnéticas lumbares es similar al de los más reputados especialistas norteamericanos", y llama la atención sobre el hecho de que "la concordancia entre los distintos radiólogos obtenida en este estudio es tan moderada –o, incluso, ligeramente peor para ciertos diagnósticos- que la obtenida en el estudio en el que interpretaron imágenes de una resonancia magnética "abierta".
En esta línea, el Dr. Francisco Kovacs añade que "estos resultados reflejan la concordancia entre cinco especialistas en radiología, con más de 10 años de experiencia y que cuando analizaron las imágenes sabían que estaban participando en un estudio en el que sus interpretaciones iban a ser cotejadas. Por tanto, es previsible que la fiabilidad en condiciones de práctica clínica habitual, sea menor".

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