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26 October 2009

Los pacientes a los que se les detecta una dolencia reumática en edades avanzadas están infratratados

Los pacientes reumáticos de mayor edad con nuevas dolencias crónicas acceden a menores niveles de tratamiento que aquellos a los que se les presenta alguna de estas enfermedades en edades más jóvenes. Esta situación no se debe a inequidades en el acceso a tratamientos, sino a las enfermedades asociadas que sufren los pacientes mayores, que en muchas ocasiones hacen que el uso de diversos fármacos se vea limitado.
Así lo indica el estudio "¿Reciben el mismo tratamiento los pacientes mayores con enfermedades reumáticas crónicas que los más jóvenes?", cuyas principales conclusiones se han presentado en el congreso anual del American College of Rheumatology, el cual se ha celebrado recientemente en Philadelphia (Estados Unidos) y que está contando con una importante presencia de especialistas e investigadores españoles. De hecho, la SER en colaboración con Amgen ha facilitado la asistencia, alojamiento e inscripción al congreso de cerca de una treintena de investigadores españoles gracias a sus becas ACR.
"El hecho de que los pacientes con edades tardías se manejen de forma distinta a los más jóvenes tiene su lógica", ha afirmado la Dra. Loreto Carmona, directora de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología (SER), "Un ejemplo simple es que los antiinflamatorios –muy utilizados en el tratamiento de la artritis reumatoide- están contraindicados en personas de más de 65 años, por lo que se prescriben en una cantidad menor a partir de esta edad".
En este trabajo se han tenido en cuenta aquellas personas cuyo inicio de la enfermedad se ha dado de los 65 años en adelante, no aquellos que, con esa misma edad, habían sido previamente tratados de alguna dolencia reumática, puesto que en este caso los niveles de tratamiento son similares.

Lo que también dejan claro las conclusiones de este estudio es que no se maneja de la misma forma a una persona joven que a otra más entrada en años a pesar de que la enfermedad tenga la misma actividad en unos y otros.
"Los pacientes con dolencias reumáticas más longevos cuentan con un mayor número de comorbilidades –o dolencias asociadas-, por lo que se intenta evitar ciertos tratamientos que puedan hacerlas empeorar de alguna manera", ha añadido la Dra. Carmona. "Si, como ocurre en la gota, se evita el tratamiento con antiinflamatorios y se prescriben en su lugar sólo analgésicos, es más difícil controlar un ataque".
Una situación similar ocurre a la hora de prescribir fármacos biológicos en el caso de artritis reumatoide o espondiloartritis, que también son administrados en menor medida a los pacientes mayores.

-Revisión de las guías de práctica clínica
Según indican las conclusiones de este estudio, se puede afirmar que los pacientes de más de 65 años a los que se les presenta una nueva enfermedad reumática –en especial artritis reumatoide y gota- están infratratados. "Debemos tener en cuenta que estamos haciendo un uso adecuado de los medicamentos de acuerdo a las guías de práctica clínica, dado que ciertos medicamentos están desaconsejados a partir de esa edad", ha subrayado la Dra. Carmona. "Una primera solución a este problema es hacer una revisión de estas guías, puesto que a estos pacientes todavía les quedan muchos años de vida, por lo que sería conveniente tenerles mejor controlados".
En este sentido, la Dra. Carmona propone incrementar el nivel de ancianidad, "puesto que si a los 65 dejamos de ofrecer tratamiento por miedo a los efectos adversos, los pacientes llegarán en muy mal estado a edades mayores".

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