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13 July 2009

La detección de distintos marcadores biológicos, clave a la hora de personalizar el tratamiento del carcinoma de células renales

Cada año se diagnostican en España unos 4.000 nuevos casos de pacientes con cáncer renal, una enfermedad por la que fallecen cerca de 2.000 personas anualmente en nuestro país. La forma más común de aparición de estos tumores malignos es el carcinoma de células renales (CCR), que ocupa el noveno lugar entre las neoplasias más frecuentes y que representa el 85% del total de tumores renales diagnosticados en Europa.
Para hablar sobre estos tumores y de las posibilidades terapéuticas disponibles en estos momentos, unos de 50 oncólogos de toda España se han reunido en Los Ángeles de San Rafael (Segovia), del 10 al 13 de julio, en el I Curso ‘Avances en el tratamiento del Cáncer Renal’, patrocinado por Wyeth y auspiciado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y el Grupo Español de Tratamiento de Tumores Urológicos (SOGUG). En él, han repasado los conocimientos científicos y los recursos farmacológicos con que cuentan estos especialistas en la actualidad, para hacer una puesta al día.
Los avances en el campo del CCR han sido más que notables en los últimos tiempos. Tal es así que, en apenas cinco años, el cáncer renal ha pasado de ser una enfermedad para la que apenas había tratamientos, y los pocos que existían eran poco eficaces y muy tóxicos, a ser una patología con novedades terapéuticas muy notables, que han servido para aumentar la supervivencia de estos pacientes.

El arsenal terapéutico disponible en estos momentos ha crecido tanto que las líneas de investigación actuales no sólo persiguen descubrir nuevos medicamentos, sino que también van encaminadas a descubrir factores predictivos que sirvan para determinar qué producto funcionará con qué paciente. Según el doctor Ignacio Durán, coordinador del Programa de Tumores Genitourinarios y codirector de la Unidad de Desarrollo de Nuevos Fármacos del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC), y uno de los coordinadores del curso, "en la actualidad hay diferentes líneas de investigación, centradas fundamentalmente en la búsqueda de factores que predigan la respuesta a los diferentes fármacos empleados en el tratamiento del CCR. Así, proteínas como la S6, mTOR, AKT y PTEN podrían predecir la respuesta a los inhibidores de la mTOR, como temsirolimus o everolimus; factores séricos de algunas citoquinas como TNF-alfa y MMP9 podrían servir para conocer la respuesta a los inhibidores tirosin quinasa, como sunitinib o sorafenib; o análisis genómicos del gen CA9 serían valores predictores de respuesta a la interleucina 2. Además, otros marcadores como el HIF1Alfa están siendo evaluados y se están realizando análisis genéticos en busca de mutaciones que sirvan para seleccionar a aquellos pacientes que con mayor probabilidad se beneficiarán de uno u otro tratamiento".

-Tratamientos "casi personalizados"
Estos factores predictivos interesan a los oncólogos por que la supervivencia actual a cinco años en el CCR se calcula que ronda el 60%. Los especialistas consideran que, si son capaces de dar con el tratamiento adecuado a cada paciente gracias a alguno de todos estos factores, esta cifra se podría incrementar. Mientras que los inhibidores tirosin quinasa "han mostrado una capacidad importante de inducir respuestas que se traducen en un beneficio en supervivencia libre de progresión y supervivencia general en primera línea en pacientes con CCR de células claras" señala el doctor Durán, otras vías, como la abierta por los inhibidores de la mTOR, "se pueden emplear en el subgrupo de pacientes de pronóstico pobre en primera línea, se confirman como alternativa de elección en aquellos pacientes resitentes al inhibidor tirosin quinasa y, además, se posicionan en los pacientes con histología de células no claras", apunta el especialista.
De esta manera, un producto como temsirolimus (Torisel®) supone ya el tratamiento de elección para aquellos pacientes diagnosticados con CCR avanzado con, como mínimo, tres de seis factores de riesgo pronóstico (se calcula que en España unos 300 pacientes se encontrarían dentro de este subgrupo), que antes de su aparición tenían una expectativa de vida limitada a cuatro o cinco meses y que gracias a este tratamiento se ha logrado un incremento de supervivencia global del 49% frente al tratamiento convencional. Pero es que, además, "subanálisis realizados a partir de estudios randomizados sugieren un beneficio en pacientes no nefrectomizados y en pacientes con carcinoma de células no claras, una población habitualmente subrepresentada en la mayor parte de los estudios prospectivos presentados hasta la fecha" apunta el doctor Durán. Además, este especialista señala que "otros productos, como bevacizumab combinado con Interferón representan una alternativa válida en primera línea de tumores de células claras".
Finalmente, los oncólogos reunidos en el curso dedicaron parte de él a la seguridad y tolerabilidad de estos nuevos tratamientos ya que también forman parte, en cierta medida, de la serie de factores a tener en cuenta a la hora de administrar uno u otro tratamiento. Así, el doctor Durán indica que "no se puede pasar por alto la comorbilidad de cada paciente a la hora de decidir un tratamiento en un paciente con CCR", por lo que, cardiopatías, hipertensión y otras enfermedades crónicas que coexisten junto al CCR o el mismo estado de salud general del paciente, deben ser tenidos en cuenta a la hora de elegir el tratamiento.

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