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17 June 2009

Un 63% de las consultas al dermatólogo relativas a trastornos en las uñas corresponden a casos de onicomicosis

Coincidiendo con la inauguración del Congreso Nacional de Dermatología que la Asociación Española de Venereología y Dermatología (AEDV) celebra en Madrid entre el 17 y el 20 de junio, esta sociedad científica, junto a la Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), han querido insistir en la importancia de la detección precoz de las infecciones por hongos en las uñas (onicomicosis).
Según destaca el Dr. Luis Olmos, dermatólogo y profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), las consultas por onicomicosis son comunes en la práctica diaria del dermatólogo, que es el especialista de la piel, y aumentan considerablemente en verano. “Alrededor del 7% de los pacientes que consultan al dermatólogo padece onicomicosis -señala este especialista- y, entre los que consultan por trastornos ungueales (relativos a las uñas), un 63% de los casos corresponden a onicomicosis”.
Este especialista considera fundamental detectar y tratar la onicomicosis cuanto antes, para evitar complicaciones con patologías como la diabetes o la anemia, así como posibles sobreinfecciones. “Además –añade- pueden producirse deformaciones antiestéticas del espesor, la concavidad, los pliegues o bandas transversales y longitudinales, el color, o el descascarillado”.
Las últimas publicaciones revelan que más de 1.300.0001 españoles padecen onicomicosis, lo que supone un número mayor al de poblaciones de provincias como Asturias, A Coruña, Cádiz o Vizcaya2.Tanto la AEDV como Semergen avalan la campaña “No escondas tus uñas”, inaugurada recientemente y presente en hospitales y centros de salud de toda España a través de carteles y folletos informativos. La campaña, auspiciada por Laboratorios Galderma, pretende concienciar a la población general de que la onicomicosis no es sólo cuestión de estética, y de que la detección y el tratamiento precoz son fundamentales a la hora de mejorar la efectividad del tratamiento y evitar contagios, cronicidad, deformaciones de las uñas y complicaciones con otras enfermedades como la diabetes o la anemia.

-Acudir al médico, cuanto antes mejor
Tal y como señala el Dr. José Luís Garavís, vicepresidente de Semergen, debido a que las lesiones por onicomicosis son indoloras, los pacientes las perciben como un problema únicamente estético. “No les conceden importancia y esperan que se resuelvan de forma espontánea –declara- ignorando que si dejamos evolucionar la infección sin un tratamiento adecuado, ésta puede representar un problema importante para el paciente: puede ser dolorosa, alterar la forma de caminar, ser causa de otras infecciones y llegar incluso a tener que recurrir a la extirpación quirúrgica de la uña”.
Con la llegada del buen tiempo los casos de onicomicosis se disparan, debido principalmente a que “algunos de los lugares donde es más fácil contraer la infección son las piscinas y duchas públicas y a que, además, el calor y la humedad favorecen su contagiosidad ya que los restos de uñas o queratina pueden permanecer mucho tiempo en ambientes húmedos y cálidos”.
El Dr. Garavís insiste también en el riesgo de cronicidad cuando la onicomicosis no es tratada precoz ni adecuadamente, partiendo de que el proceso curativo es lento per se. “Incluso si se está realizando un tratamiento correcto –apunta- la uña tardará mucho tiempo en adquirir un aspecto normal, ya que tiene un crecimiento muy lento: las de los pies tardan un año en completar su crecimiento y las de las manos seis meses aproximadamente”.

-Amas de casa, deportistas, diabéticos, inmunodeprimidos y tercera edad
Amas de casa, deportistas, diabéticos, inmunodeprimidos y personas de edad avanzada, constituyen los principales grupos de riesgo de infección por hongos en las uñas. Según apunta el Dr. Garavís, el desarrollo de los hongos en las uñas se ve favorecido por ambientes cálidos, cerrados y húmedos, y por ello, la onicomicosis se produce principalmente en amas de casa cuyas manos están constantemente en contacto con el agua, en trabajadores que tienen que calzar zapatos gruesos y también en deportistas que, además del calzado cerrado, utilizan frecuentemente duchas de gimnasios. “Otro grupo de riesgo son las personas que tienen algunas enfermedades crónicas que dan lugar a una disminución de sus defensas ante la infección, como son los diabéticos, pacientes con neuropatías periféricas, trastornos circulatorios periféricos o con algún tipo de inmunodeficiencia. Entre éstos habría que destacar las personas de edad avanzada u obesas”.

En esta línea, el dermatólogo Luís Olmos explica que las uñas son un buen marcador para otras muchas patologías sistémicas: trastornos cardio-circulatorios (dedos en palillo de tambor), respiratorios (síndrome de las uñas amarillas), hepáticos (uña de Terry), renales (líneas de Muehrcke), hormonales (diabetes), inmunitarios (SIDA), autoinmunes (lupus, dermatomiositis, etc.), o dermatosis a distancia (psoriasis, alopecia, etc.).
“Dentro de las diferentes infecciones por hongos englobadas en la onicomicosis, la infección por dermatofitos –añade- es más frecuente en varones que en mujeres, en los pies que en las manos, en mayores de 40 años que en jóvenes, pero las cifras son relativas según los diferentes factores de riesgo. La infección por Candidas, por su parte, es más frecuente en las mujeres y el 70% se localiza en las manos por el trabajo con agua, traumatismos en la manicura, oclusión y maceración por guantes de goma, etc.”. Atendiendo a los factores de riesgo, el Dr. Olmos apunta que la humedad representa un 35% de riesgo, las zonas públicas de recreo un 23%, la mala higiene un 16%, los traumatismos un 14% y la edad un 11%.

-Curar la onicomicosis
Respecto al tratamiento de la onicomicosis, el Dr. Olmos explica que difiere dependiendo de si la matriz de la uña está o no afectada y de los factores que puedan favorecer la persistencia del hongo. “En general -apunta- no se necesita tratamiento oral y basta con la aplicación local de una laca que contenga amorolfina. El problema es que hay que tener paciencia, ya que las uñas crecen muy lentamente y hasta que no se reemplaza la parte enferma no se resuelve la infección. Aplicar la amorolfina dos veces por semana es sencillo, aunque a veces sea necesario hacerlo durante 6-9 meses”.
Si hay afectación de la matriz o factores favorecedores que no se puedan evitar como inmunodeficiencias o diabetes, continúa el Dr. Olmos, “se suele recomendar la terapia combinada de, por ejemplo, terbinafina 250 mg/día vía oral, con una laca ungueal de amorolfina”. A pesar de la eficacia de estos tratamientos, este especialista concluye recordando la importancia del tratamiento precoz y, por tanto, la necesidad de acudir al médico tan pronto se sospeche una posible infección por onicomicosis.

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