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14 January 2009

Los niños procedentes de adopción internacional tienen más factores de riesgo socio-sanitarios

España se ha incorporado en la ultima década a la adopción internacional, apareciendo como un fenómeno social de incremento casi exponencial, de tal forma, que en el año 2004 se situó como la segunda nación del mundo en número absoluto de adopciones internacionales, por detrás de Estados Unidos (y primero en tasa de adopciones por numero de habitantes). Según datos actuales del Ministerio de Educación, Deporte y Política Social, desde 1997 hasta el año 2007 se han adoptado 37.582 menores de países extranjeros en España.
"El hecho diferencial para un pediatra es que todos los niños procedentes de adopción internacional tienen el antecedente de haber estado expuestos a potenciales factores de riesgo socio-sanitario", explica el Dr. Juan Ruiz-Canela Cáceres, presidente de la AEPap.

-Patologías de los niños adoptados
La pobreza va unida a mala higiene, infecciones, mala nutrición y retraso de desarrollo, carencia de vacunas que previenen importantes enfermedades, mal control de embarazo y parto, entre otros problemas. Pero, además, a esto se une el factor del abandono afectivo que podría causar problemas emocionales o de relación y falta de estímulo para su desarrollo psico-motor.
"Sin embargo, por otro lado, estos niños sufren un "cribado" antes de ser dados en adopción que limita en general la posibilidad de graves patologías, a diferencia de los niños biológicos", comenta el Dr. Jesús García Pérez, miembro de SEPEAP.

Según la mayoría de estudios realizados, existen una serie de patologías o desajustes más frecuentes en estos niños:
Entre las más frecuentes (25%), están el retraso leve en el desarrollo de peso y talla, la anemia, problemas dermatológicos banales, problemas de alimentación o en el sueño, debido a varias razones entre las que destacan: los lugares donde han vivido, la falta de estímulos afectivos, carencia de vacunas o infestaciones por parásitos
Mucho menos habituales serían una malnutrición o un retraso de talla de mayor grado, aproximadamente entre un 5 y un 25%. También en este grupo se incluirían los trastornos leves de conducta como falta de atención, impulsividad o deficiente adaptación social, problemas buco-dentales, de oído o infecciones leves.
Muy raramente, en alrededor del 2%, aparecen problemas de mayor gravedad como la malnutrición o el déficit de talla severos, alteraciones endocrinas, Hepatitis A, B o C, hemoglobinopatías, raquitismo, y más infecciones crónicas o con posible repercusión futura (TBC, sífilis congénita, toxoplasmosis, paludismo, enfermedad de Chagas, parásitos tropicales y en algún caso puntual VIH o malformaciones congénitas).
También en este grupo aparecen otro tipo de alteraciones que causan más preocupación en los padres: los trastornos psicopatológicos graves, como el pseudo-autismo o alteraciones graves de conducta o síndrome alcohólico fetal, no detectable al nacer.

-Visitas de los padres adoptivos al pediatra de AP
Por todo lo explicado, "la visita preadoptiva al pediatra de AP es importante. Por supuesto, los padres deberán encargarse de una traducción fidedigna de los informes, pero una vez solventado ese problema, nos encontramos con que dichos informes preadoptivos son incompletos y no del todo fiables", apunta el presidente de AEPap. La realidad es que existen diagnósticos graves en los informes, que en muchas ocasiones no son corroborados en nuestro país, pero que en ocasiones sí son ciertos.
Cuando el niño ha llegado a España, los pediatras recomiendan dejarle unos días de adaptación pero "sin retrasar demasiado la primera evaluación pediátrica tras la llegada por si hubiera alguna infección (se recomienda unas 2 semanas después); y de forma inmediata, si existen signos o síntomas clínicos de enfermedad aguda", señala el Dr. Ruiz-Canela. Además de la exploración física minuciosa, agudeza visual y audición, el pediatra cuenta con guías específicas para orientar otro tipo de exámenes y de análisis básicos a todos los niños.
En ocasiones, según de dónde proviene el niño y las características y síntomas concretos, "se realizarán otros análisis más específicos como función tiroidea, estudio de hemoglobinas, plomo, u otros, para descartar enfermedades determinadas, e incluso estudiar la edad ósea o dental", finaliza el Dr. García Pérez.
En esta primera visita, el pediatra tendrá en cuenta aspectos como la medición del crecimiento y nutrición, el calendario vacunal de su país nativo, y la evaluación del desarrollo psico-motor, de la audición, del lenguaje y de la afectividad y adaptación a la nueva forma de vida

-Signos de alarma
La función del pediatra de AP es estar atento ante la presencia de signos de alarma, evaluarlos adecuadamente, tratar de resolverlos y derivarlos a otros profesionales si fuera necesario. Cabe destacar:
El niño presenta comportamientos que a la familia le resultan intolerables o imposibles de afrontar o que repercuten negativamente en el resto de la familia.
El niño se muestra triste, deprimido, aislado y detectamos que está sufriendo pasado un tiempo razonable de convivencia.
El niño presenta problemas con la alimentación: problemas para masticar y tragar alimentos sólidos, apetito desmedido, dificultades para identificar la sensación de saciedad, dificultades para aceptar los nuevos alimentos.
El niño presenta problemas de sueño: como dificultades para conciliar el sueño, pesadillas, terrores nocturnos, insomnio, hipersomnia o sueno intranquilo.
El niño tiene dificultades escolares que en el colegio no saben abordar.
Por supuesto, en los primeros años, el niño debe realizar subsecuentes visitas de seguimiento donde se controlarán los aspectos patológicos, si los hubiera, tanto físicos como psicológicos, crecimiento, vacunación y adaptación al nuevo hogar. "En ellos el pediatra de Atención Primaria será el actor y coordinador derivando al niño a otros profesionales sólo si fuera necesario", explica el Dr. Ruiz-Canela.

--Conclusiones finales
Un enorme porcentaje de adoptados llegan sólo con alteraciones banales y curables. La mayor parte de enfermedades que algunos de estos niños padecen, se corrigen con terapias adecuadas. El pediatra de Atención Primaria será el encargado de enviar las que no pueden ser curadas en ese nivel, al especialista adecuado.
Tanto la disminución de crecimiento como el retraso psicomotor son directamente proporcionales al tiempo de estancia en el orfanato e inversamente a la edad en la que entró en custodia residencial.
El ser humano necesita de un cuidado individualizado intenso, recíproco y a ser posible con una relación fija no intercambiable. Estos niños no han creado el vínculo afectivo necesario para su desarrollo y hay que estar atentos. Sin embargo la alteración debe de ser muy profunda y crónica para dejar secuelas. La resiliencia o capacidad de superación de los niños es enorme, por lo cual la inmensa mayoría se adaptan bien a su nueva familia, colegio y sociedad.

-Guía de Salud en Adopción CORA 2008
La Guía Consensuada de Salud en Adopción Internacional CORA 2008 "es una herramienta de ayuda y consulta para el pediatra y los profesionales sanitarios que la necesiten con el fin de buscar la mejor atención al niño adoptado en países extranjeros", explica el Dr. Alberto Núñez, Coordinador de la Guía de Salud en Adopción CORA 2008.
Es promovida por CORA, una federación de 25 asociaciones de familias adoptantes de todo el Estado Español, que representan en torno a unas 15.000 familias. Los autores de esta Guía de Consulta convocados son nueve pediatras de distintas autonomías, con una experiencia conjunta de atención a 6.600 niños adoptados en el extranjero, así como la colaboración de dos expertas psicólogas en la atención a estos menores e investigación en esta área. Cabe destacar que estos 11 autores de este trabajo han colaborado siempre de manera altruista.

**Toda la información referente a esta Sociedad se encuentra en: www.sepeap.org.

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